BARAKALDO. A pesar del varapalo sufrido por el Bilbao Basket el viernes en Gasteiz, ante el Real Madrid en la primera semifinal de la Supercopa Endesa, la afición bilbaina no se ha desanimado y ha preferido acudir a una cita histórica para el baloncesto vasco.
Y ha animado ya desde el principio del choque a su equipo, aunque con el pitido inicial todavía había numerosos aficionados entrando en el Bizkaia Arena y/o acomodándose en sus respectivas localidad.
De entre todos los asistentes, sin duda los que más resaltaban eran los enormes Dikembe Mutombo (2,18 de estatura) y Darryl Dawkins (2,09), las leyendas que ha acompañado a los de la Costa Este en este viaje a Europa. Especialmente destacaba el otrora llamado 'baby Gorila' con una inacabable americana de un traje morado que era, de largo, lo más colorido que se veía en el pabellón.
De las actuaciones ajenas al juego, las de las 'cheerleaders' (animadoras) del equipo estadounidense, con las que por momentos rivalizó Dawkins en atención, fueron las más seguidas. También era muy esperada la del afamado DJ catalán Juan Magán en el descanso.
Con el paso de los minutos, la gente se centró en el juego, en luchas como la de Axel Hervelle con Spencer Hawes dentro de la zona, en la calidad atlética visitante en la defensa al hombre y en los esfuerzos de los del novel Rafa Pueyo para aguantar el ritmo, la velocidad e intensidad de los Sixers.
Soñó el público al inicio con ver a 'los hombres de negro' ponerse por delante en el marcador. Algo que no ocurrió en todo el primer cuarto, hasta cierto punto igualado, y que no parecía tener visos de llegar a concretarse cuando el marcador reflejaba 20-27 al final de los 12 primeros minutos de partido.