la primera semana de la Vuelta me ha parecido preciosa. La salida de Galicia, con la idea de la batea y toda la gente que ha habido en la carretera animando a los ciclistas, ha sido espectacular. Ha habido llegadas disputadas, emoción, lucha y todas esas cosas que hacen grande a este deporte. Me quedo con esos momentos y, en lo deportivo, con el ataque de Dani Moreno para ganar la etapa de Fisterra, la del Fin del Mundo, que no parecía tanto para él sino para un corredor de más fuerza y la acabó ganando ante un tal Cancellara. Me pareció una demostración impresionante y me tuve que quitar el sombrero el jueves con la exhibición de Tony Martin camino de Cáceres. Se tiró el tío 175 kilómetros escapado, toda la etapa, a más de 44 kilómetros por hora. Increíble. Y perdió por diez o quince metros. Nunca en todos los años que llevo en el ciclismo había visto a un corredor enfrentarse de esa manera a un pelotón. Si acaso, me recordó, aunque aquello era distinto, a Vandenbroucke.
Todo eso y más ha pasado estos días en la Vuelta, pero reconozco que aún no se ha visto nada. Me refiero a los favoritos. Es un misterio para todos nosotros saber cómo están e incluso puede que lo sea para ellos. El único que ha cedido hasta el momento es Samuel -también Henao-, que no tuvo un buen día en el Monte da Groba y se le ha puesto cuesta arriba una Vuelta en la que está descartado para ganar. Pero queda carrera, esto no ha hecho más que empezar y Samuel puede aspirar a otras cosas. ¿A qué? Exactamente empezaremos a saberlo hoy, en el primer final en alto serio. Peñas Blancas abre un fin de semana duro e importante. Mañana es la etapa de Valdepeñas de Jaén donde ya ganó Antón en 2010. Y el lunes, la más dura de las tres, con Monachil y Hazallanas, que parece un puerto exigente, con grandes porcentajes, aunque reconozco que no lo conozco.
Euskaltel sigue girando en torno a Samuel, pero no deja de estar pendiente de Mikel Nieve, que, tras el tropezón de su líder, es su mejor hombre en la general. Nieve es un buen escalador y un ciclista resistente que puede aguantar entre los mejores, pero no estoy seguro de hasta dónde porque viene de correr un Tour en el que se ha gastado casi a diario, luchando lo indecible en la montaña y puede que eso le pase factura.
Claro que también es posible que la misma factura la paguen otros. Purito, Valverde y Kreuziger también vienen del Tour; Nibali, de ganar el Giro, y Urán, de hacer podio en Italia. El único que no ha hecho tantos esfuerzos es Basso, que no ha corrido ninguna grande este año.
No sé lo que puede pasar, pero a partir de ahora vamos a empezar a verlo. Tengo curiosidad por muchas cosas. Por ver quién de los favoritos no va como esperábamos. Purito, por ejemplo, necesita coger ventaja para afrontar la crono de Tarazona. También tengo ganas de saber qué equipo toma el mando. Dudo entre Movistar y Katusha, que son los más fuertes, y pienso que Astana se sacudirá la responsabilidad en cuanto pueda pese a llevar de líder a Nibali.
También tengo ganas de ver cómo responde Chris Horner, que va segundo, ha sido líder y ha ganado una etapa con casi 42 años. Lo suyo es para quitarse el sombrero. No tiene tantos Haimar (Zubeldia, 36 años), pero me parece igual de destacable que esté cuarto en esta Vuelta y siga ahí dando el callo cuando no hace mucho con 33 años ya nos ponían el crucifijo.