RAFA Nadal vuelve hoy a las pistas en el Masters 1.000 de Canadá, en Montreal, donde disputará ante el local Jesse Levine su primer partido oficial en individuales desde que cayera eliminado en primera ronda de Wimbledon. Eliminado en la primera ronda de Wimbledon y protagonista de imágenes donde se veía su rodilla izquierda poblada de kinesiotape -unas tiras de color- en sus vacaciones veraniegas, las preguntas han venido surgiendo sobre el estado de la articulación. La llegada del cemento supone nuevos interrogantes en torno al estado físico del balear.

Tras una gira de tierra batida europea saturada de actividad, alcanzando la final en cada evento competido (Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma, Roland Garros) con 27 partidos disputados en apenas 53 días, los galenos recomendaron a Nadal dar un respiro a las articulaciones antes de acudir a Wimbledon. Tal consejo médico generó una circunstancia: el mallorquín acudiría al Grand Slam de hierba sin competir en un evento preliminar sobre césped por primera vez desde la temporada 2003.

Su sorprendente derrota en primera ronda de Wimbledon, en tres parciales a manos del belga Steve Darcis -número 135 de la ATP por aquel entonces-, volvió a provocar comentarios acerca de un posible periodo de baja prolongado como el experimentado el pasado año, motivado por una rotura parcial del ligamento rotuliano de la rodilla izquierda y una hoffitis en la misma articulación, tras su prematura caída en el Grand Slam londinense. El propio balear fue el primero en reconocer que ambos episodios no tenían punto de comparación.

Inmediatamente después de caer eliminado en Londres, el balear acudió a la consulta en Barcelona para revisar sus articulaciones. Fuentes médicas confirmaron que no se había producido un agravamiento significativo en la rodilla izquierda del mallorquín, cuyo estado describieron como "prácticamente idéntico" al presente en el momento de la conquista de Roland Garros. Nadal aludió a su "cierta inseguridad" para manejarse en hierba, especialmente exigente para las flexiones articulares en el tren inferior fruto del escaso margen de adaptación experimentado.

Tal escenario generó un nuevo debate como la posibilidad de que el balear incrementase en su calendario la cantidad de eventos sobre tierra batida: la superficie más benévola para con la articulación. Una circunstancia ya experimentada al comienzo de la temporada al incluir en su hoja de ruta el periplo sudamericano, una fase del curso no palpada por Rafa desde la campaña 2005. Intercalar arcilla entre Wimbledon y la gira de cemento es algo no protagonizado por el actual número 4 del mundo desde el curso 2007.

Roger Federer anunció su decisión de volver al polvo de ladrillo para buscar ritmo en los torneo de Hamburgo y Gstaad, algo inédito desde que el helvético es referencia en el deporte. Una circunstancia, sin guardar relación alguna, que alimentó las preguntas en torno a si los futuros pasos de Nadal también pasarían por un retorno a la arcilla. La última participación de Nadal en el Masters 1.000 disputado en Montreal data de 2011. Perdió en segunda ronda ante el croata Ivan Dodig por 1-6, 7-6 (5) y 7-6 (5). Ayer, junto a su compatriota Pablo Andújar, empezó a rodarse en dobles ante los también españoles David Ferrer y Feliciano López.