Vitoria. Walter Hodge no es un prodigio a la hora de explayarse ni de verbo fácil, más bien algo parco en palabras con ese reconocible acento centroamericano que hacía tiempo no se escuchaba por las inmediaciones del Fernando Buesa Arena. Dentro de la pista, sin embargo, le avala su etiqueta de ciclón ofensivo predestinado a brindar grandes noches de gloria a un baskonismo envuelto últimamente en la desazón y las dudas. Su dinamismo y su mortal uno contra uno, acreditados en la pasada Eurocup donde se erigió en el anotador más compulsivo ataviado con la elástica del Zielona Gora gracias a sus 21,2 puntos de media, representan unas virtudes a las que no está dispuesto a renunciar así como así, tal y como dejó entrever durante su puesta de largo como nuevo timonel del Laboral Kutxa para las dos próximas temporadas.
"No voy a renunciar a mi juego", enfatizó el menudo portorriqueño, de 26 años y por debajo del 1,80 metros de altura que marca su biografía. Explosivo, atlético y de gatillo fácil ante un aro rival que acostumbra a ver como una piscina con su letal mano izquierda, en breve afrontará el mayor desafío de una carrera desarrollada únicamente en su país natal y en Polonia. En la capital alavesa, a diferencia de su última etapa, no será el único gallo del corral y otro de sus cometidos a las órdenes de Scariolo residirá en hacer mejores a sus compañeros. "Todo lo que pueda mejorar en el físico y el estilo de juego que quiera el coach lo voy a hacer. El estilo es algo que se puede adaptar", reconoció el fichaje más ilusionante de Josean Querejeta hasta la fecha, que lucirá el dorsal número 15.
La duda estriba en saber si Hodge acusará el enorme salto que implica dejar un modesto cuadro polaco, con quien nunca disputó la Euroliga. Su baloncesto desinhibido y de elevadas revoluciones, también presidido por algunas gotas de individualismo, deberá casar con el juego gremial y ordenado que debe abanderar a un conjunto serio como el Baskonia en todas las competiciones. "Puedo hacer lo que me pida el entrenador, lo que él quiera es lo que realizo. Sí poseo esa habilidad para anotar, pero también sé cómo mover al equipo", confesó el portorriqueño, perfectamente consciente de que deberá dar "un plus" para cumplir las elevadas expectativas que ha despertado su apuesta. "Todos los años estás obligado a mejorar para tu desempeño como jugador, no importa la competición en la que estés. Sé que me va a costar al principio, pero estoy preparado para el reto y contento de afrontarlo", precisó.
El Baskonia, que cerró su fichaje varias semanas antes de que concluyera el fatídico pasado ejercicio en dura competencia con otros clubes, confía en que Hodge contribuya a dotar de estabilidad a una posición bajo sospecha desde la marcha de Prigioni. Ni Cook ni Heurtel, por no hablar de Rochestie y Cabezas, dieron el pasado curso con la tecla para dotar de criterio a una oscura dirección, una de las causas del desconcertante rendimiento colectivo. Sobre Hodge, también asalta la duda acerca de su presunta debilidad defensiva, aunque el interesado se mostró contundente al ser preguntado por ello. "En la Universidad, si se ha seguido mi carrera, lo que hacía era defender y no anotaba mucho porque era lo que me pedía mi entrenador. En Polonia, estos tres años he jugado 37 minutos y si mi equipo necesitaba la anotación, debía sacrificar la defensa. Me considero un buen defensor siempre que me dosifiquen durante algunos minutos y no esté tan agotado por jugar todo el tiempo y defender el pick and roll. Siendo dosificado, puedo hacer las dos cosas y lo demostré en la final de Polonia", recordó.
De su nuevo club, Hodge ensalzó "su historia y la tradición de ayudar a los jugadores a llegar al máximo nivel", en alusión a la interminable pléyade de jugadores que cruzaron el charco tras brillar previamente en el Buesa Arena. La NBA no es una puerta cerrada de cara al futuro y, de hecho, los Knicks le invitaron hace semanas a disputar una de las Ligas de Verano. Sin embargo, el compromiso de Hodge quedó patente renunciando a dicha posibilidad. "Deseaba estar enfocado solo en el Baskonia y no me quise exponer una lesión que hubiese retrasado el proceso de venir aquí", matizó el portorriqueño, curiosamente pretendido por Scariolo para el Armani Milan en vísperas del inicio del pasado Top 16 de la Euroliga. El preparador italiano, "respetuoso y exigente", según Hodge, tendrá la misión de que su desbordante capacidad ofensiva no termine por dejar en un segundo plano a otras piezas del equipo que también demandarán su cuota de protagonismo. Si es así, la cotización azulgrana subirá como la espuma ante sus poderosos rivales.