Porto Vecchio. Alberto Contador afronta el Tour del centenario, que comienza el sábado en Córcega, "supermotivado", con "la presión de siempre" y mentalizado para la batalla contra el Sky y su líder Chris Froome. Su idea es ganar la carrera más importante del mundo, pero no la que más le gusta. Habrá que contar con el líder del Saxo Tinkoff después de un año de ausencia.

Antes de nada, usted se considera ganador de tres Tours, no de dos, como figura en el libro de oro de la carrera.

He ganado tres Tours. Yo cuento el de 2010. Hay quien piensa otra cosa, pero el Tour de 2010 lo gané solo gracias al trabajo, a los sacrificios y al sufrimiento. Considero que es mío.

¿Qué representa para usted el Tour de Francia y ver su nombre en su palmarés?

El Tour es la carrera que más mueve en el ciclismo, la más importante, mediática y rentable desde un punto de vista publicitario, y el mejor escaparate para los corredores, equipos y patrocinadores. Ganar el Tour fue un sueño que se hizo realidad. Para cualquier chaval que se dedica al ciclismo es una meta que sueña alguna vez. Luego tener la suerte de ganarlo es lo máximo.

Conoció la carrera en 2005, con la posición 31. ¿Qué recuerda del aquel estreno?

No tengo un recuerdo demasiado bueno porque ese año no estaba bien de forma, empecé la temporada con mucha intensidad y llegué cansado. Dije en el equipo que quería ir, ya que era mi sueño, pero estaba muerto. Luego fui día a día, recuperé fuerzas y remonté. Terminé contento con el tercer puesto de los jóvenes.

Dos años después se convierte en el español más joven que gana el Tour, con 23 años.

Fui con el objetivo de ganar el maillot blanco y estar cerca de los mejores en la general. Lo de ganar tenía dudas porque me faltaba experiencia y algún día podría fallar. De forma estaba inmejorable, y aunque algún amigo apostaba por mí yo la verdad es que lo veía muy difícil.

El sábado empieza la centésima edición. ¿Después de un año de ausencia, vuelve con la motivación de antes?

Este año estoy supermotivado, pero la ilusión es diferente a la del primer año. Ahora nada es nuevo, y aunque no haya un guión sabes cómo van las cosas. Sigo ilusionado con alcanzar el objetivo, que es ganar. Que este Tour sea el del centenario es un dato más, tampoco le doy demasiada importancia a ese hecho.

¿Está preparado para vivir de nuevo la tensión de tener que ganar?

Sí, aunque trato de aislarme todo lo que puedo. La presión me la pongo yo mismo, y es mayor que la que recibo de fuera.

Este año ha competido menos. Cómo llega a la carrera?

Al principio no planifiqué bien por los compromisos y no alcancé el nivel habitual. Ahora estoy contento y creo que todo ha ido bien. Creo que voy a ofrecer mi mejor versión.

Se las tendrá que ver con Froome

Su equipo será el que marque el guión. Llevan una temporada impresionante y están fortísimos. Froome es un líder fuerte y poderoso, pero la carretera examinará a cada uno.

Tiene 30 años, ¿cuántos cree que le quedan al máximo nivel?

Físicamente me encuentro muy bien, pero se nota que estoy más hecho, que el cuerpo ensancha y quitar kilos es más complicado que antes. Estoy en óptimas condiciones, pero hay que ver cómo transcurre todo. De todas formas no pienso alargarme mucho en el tiempo.