Mientras la mayoría de los ciclistas reponían fuerzas para afrontar la segunda semana del Giro de la mejor manera posible, antes de que hoy llegue el primer final en alto, en Altopiano del Montasio, puerto de primera categoría que coronarán tras recorrer 167 kilómetros, el popular ciclista Bradley Wiggins tomó la palabra durante la jornada de ayer ante los medios de comunicación con el objetivo de sincerarse después de haber sido objeto de numerosas críticas por su falta de valentía en algunos de los descensos de la prueba transalpina que se está desarrollando. "Seamos honestos, después de la caída bajé un poco como una niña. No es una falta de respeto hacia las niñas, yo tengo una en casa. Pero la vida es así y tenemos que seguir adelante y hacer frente a las decepciones", reconoció el ciclista británico, que ahondó aún más en sus declaraciones para apuntar que su rendimiento en la primera semana de competición ha sido "decepcionante".
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