Londres. Dieciocho años después de su último entorchado continental, el Real Madrid vuelve a una final de Copa de Europa, ahora llamada Euroliga, frente al Olympiacos griego, el mismo rival al que derrotó allá por 1995. El club más laureado de Europa aspira a sumar su noveno título ante el actual campeón de la competición. Los hombres de Pablo Laso se han plantado en la final tras derrotar el viernes al Barcelona Regal por 67-74 y con la intención de romper el maleficio continental del conjunto blanco, que se extiende ya a dieciocho años.

"Entrenar a un equipo como el Real Madrid significa presión desde el primer día que llegas al banquillo. Yo no vivo con esa presión. Mis jugadores y yo somos conscientes de lo que es jugar una final de Euroliga", comentó el técnico madridista en la rueda de prensa previa al choque.

Seis años después de su último título en Europa, la ya extinta Copa ULEB (victoria por 75-87 ante el Lietuvos Rytas), y con sólo un integrante de aquel equipo en la actual plantilla, el pívot Felipe Reyes, el Real Madrid confía en aferrarse a su excelente juego exterior y a su gran banquillo para conseguir un trofeo que se la ha escapado desde 1995.

Enfrente tendrán al vigente campeón de Europa, excelente este curso en la Euroliga, y que se planta en la final después de haber barrido al CSKA en la primera de las semifinales, por un contundente 52-69. "Esto es una final de Euroliga y jugamos ante el equipo campeón. El año pasado podían parecer una sorpresa, pero el hecho de que estén aquí para revalidar el título demuestra que son una realidad. Si queremos ganar tendremos que hacer un gran trabajo", dijo Laso.

El conjunto de El Pireo continúa asombrando a Europa y, pese a haber cambiado de entrenador al final de la temporada pasada -el griego Georgios Bertzokas en lugar del serbio Dusan Ivkovic- llega a la final tras barrer al CSKA, teórico favorito al título.

"Nuestra motivación es igual de grande que la del año pasado. Nos enfrentamos al equipo más laureado en la historia del baloncesto europeo, un club fantástico. El Real Madrid juega muy distinto de como lo hace el CSKA: tiene mucha velocidad, entusiasmo y son muy buenos en el rebote ofensivo", comentó Bertzokas sobre el conjunto blanco en rueda de prensa.

"Tendremos que prestar mucha atención a la parte táctica y a la parte psicológica, esto será algo a tener muy en cuenta en este partido. Mis jugadores saben lo que está pasando en Grecia, donde hay un entusiasmo desmedido por esta final. Es el talante mediterráneo", concluyó el técnico heleno.