CUANDO ves a un equipo actuar del modo que lo hizo el Caja Laboral en el tercer partido de la eliminatoria contra el CSKA de Moscú te da mucho que pensar. ¿ Puede que la irregularidad que muestra el equipo, mezclando grandes actuaciones con otras bastante menos afortunadas, sea debido o consecuencia de una gran irregularidad también en el trabajo semanal? ¿Puede que sea consecuencia de tener una plantilla corta que hace que los jugadores referente gestionen y midan los esfuerzos? ¿Puede que los jugadores solo saquen lo mejor de ellos cuando se encuentran al límite del precipicio? ¿Puede que sea consecuencia de que no hay un patrón de juego establecido?
Al término del primer partido, y aun habiendo sido el equipo de Messina superior al Baskonia, dije que no creía que esa fuera la diferencia real entre los dos equipos. Tampoco lo es lo que vimos el miércoles, con un Caja Laboral tan superior. En lo que sí me reafirmo es que a pesar de la diferencia presupuestaria que hay entre ambos equipos, si cada uno de ellos explota lo que mejor sabe hacer, puede imponerse al otro. Es evidente que el Baskonia no dio la talla en Moscú. El CSKA tampoco la dio el miércoles. El de hoy será otro cantar. Para el equipo vitoriano, tras traer un 2-0 de tierras moscovitas, el intentar remontar la eliminatoria hace que cada partido sea más difícil que el anterior. El del miércoles fue la reivindicación del porqué se ha llegado hasta el Top 8. El de hoy debe ser para forzar al CSKA hasta el límite de sus posibilidades. Es muy difícil que el equipo de Messina haga un partido tan horrendo como el del miércoles, y por eso el equipo se deberá de preparar mentalmente. Nunca dos partidos son iguales. Como muestra, la eliminatoria del año pasado entre el Bilbao y el propio CSKA de Kirilenko y compañía.
El miércoles vi a un equipo enrabietado queriendo demostrar que lo ocurrido la semana pasada en Moscú no fue la realidad. Oí a un equipo con actitud, algo fundamental para afrontar un encuentro con garantías. Oí a unos jugadores, empezando por Nemanja, que se desmelenaron para hacer un auténtico partidazo tanto a nivel ofensivo como defensivo. En ataque demostraron el verdadero potencial que tienen, con jugadores muy polivalentes y difíciles de parar. Oí a un Tabak viviendo el partido al más puro estilo Ivanovic, presionando a los árbitros incluso cuando el equipo iba ganando por más de veinte puntos de diferencia; pidiendo tiempos muertos a pesar de que el partido estaba sentenciado; abroncando a los jugadores para que siguieran intensos en los últimos instantes del encuentro. Oí a un público entregado con su equipo y del que no renuncia aunque vengan mal dadas. Ví a un Cook haciendo el trabajo sucio para que luego Heurtel, con el partido encarrilado, demostrara su capacidad de anotación. Por parte del CSKA vi a un grupo incapaz de reaccionar ante el vendaval baskonista. Oí a un Messina sin argumentos ante sus pupilos. Vi a un equipo que se rindió cuando todavía quedaba mucho tiempo por jugar. Los jugadores no creían que se pudiera remontar y eso dice muy poco de su poder mental. Oí a un equipo moscovita muy seguro y confiado de llevarse la eliminatoria a las primeras de cambio.
Estoy convencido que hoy veremos otra versión muy diferente del CSKA. Pero la incógnita será saber qué Caja Laboral nos vamos a encontrar. Si es el de las mejores noches no tengo dudas de que habrá posibilidades, aunque el partido sea más parejo. Si es el de las peores noches, se despedirá de la competición.