Beasain. "Euskaltel no es solo Samuel Sánchez", dice el propio Samuel un día de la Vuelta al País Vasco, cuando La Lejana desvela lo que ya había anunciado Igor González de Galdeano, que el triunfo final les quedaba demasiado lejos porque el ovetense, dorsal 1 y guardián de la gloria del equipo naranja, tiene la cabeza puesta en el Giro de Italia. Los días, de todas maneras, van quitando la razón a Samuel, que se queda como única opción cuando el invierno pinta de blanco la primavera vasca, los picos de las montañas, con su aliento de hielo. En la guerra dantesca contra el invierno luce colosal el ovetense con un ataque pensado y ejecutado según lo medido, con dos kilómetros brutales cuesta arriba que ponen contra las cuerdas a tipos duros como Contador y un descenso en el filo que le deja solo con Sergio Henao, el líder de la Vuelta que guarda las opciones de victoria de Richie Porte. Es lo que pide que gane Samuel en Beasain. Es lo que evita el estreno de Euskaltel esta temporada. Su palmarés sigue en blanco. Es lo negro del asunto.

Que el equipo naranja tiene una dependencia elevadísima del asturiano, lo que no niega Igor González de Galdeano en la última mañana de la Vuelta al País Vasco. Aunque matiza. "No es una cuestión exclusiva nuestra. Les pasa a muchos. En esta carrera, salvo Movistar y Sky, todos los demás equipos han dependido de un corredor. Saxo Bank, de Contador; o Katusha, de Spilak, aunque normalmente lo fía casi todo a Purito, que es el que consigue las mejores victorias", expone el mánager alavés. "Y nosotros", abunda, "es cierto que dependemos de Samuel". No lo dice complacido. El mensaje es más bien un reproche. Algo así como que no es justo descargar toda la responsabilidad en los hombros del ovetense y que los focos de la crítica y la exigencia no se pueden centrar en su figura a la hora de exigir resultados al equipo. "Al final, lo que ocurre es que parece que solo hay dos personas en Euskaltel. Samuel en el aspecto deportivo y yo en lo relacionado con la gestión", explica Galdeano. "Creo que cuando Samuel dice que el equipo no es solo él, se refiere a que otros tienen que asumir responsabilidades, cada uno la suya". Es una referencia a, entre otros, Igor Antón. "No lo voy a negar, a la Vuelta al País Vasco veníamos con dos objetivos: uno era meter a Samuel entre los diez mejores; el otro, ganar una etapa con Igor". La segunda pretensión se esfumó cuando el invierno congeló a Antón en Arrate. Luego, el escalador vizcaino, pasó un día agónico camino de Beasain hasta que, desencajado, puso pie a tierra. "Está sufriendo y hay que apoyarle", defiende Galdeano, que abrigó a Igor en la noche del viernes en el hotel del equipo en Beasain. "Es una situación complicada. Venía de hacer segundo en Estella, de andar bien el día de La Lejana y, de repente, se ha venido abajo. Creo que le ha podido la situación. Es que él es muy consciente de que hay muchas expectativas puestas en él y quiere asumir su responsabilidad. La actitud es irreprochable, pero se mete tanta presión que se bloquea", analiza el mánager de Euskaltel-Euskadi, que no duda de la recuperación de su escalador, "de forma está bien", para las clásicas de las Ardenas. Su primera parte de la temporada acaba en Romandía, donde ya ganó una etapa de montaña hace unos años. Luego, pedaleará hacia el Tour. "Nos va a costar ganar", reconoce Galdeano. "Pero vamos a superar esta situación", añade mientras piensa, más que en ningún otro, en Samuel, el imprescindible de un Euskaltel en blanco y negro tras la Vuelta al País Vasco.