Beasain. La última gran tarde de ciclismo que se le recuerda a Andy Schleck es la del Tour de hace dos años, la del Galibier y el ataque lejano, loco y bello en el Izoard, a 80 kilómetro de meta, para culminar su gesta en la montaña centenaria. Fue su mayor hazaña en el Tour que ha ganado una vez y ha sido segundo dos. Para lograrlo, aquel día se enfrentó solo al viento de cara. Ni eso le detuvo. Estaba sano y fuerte. Ahora dice que vuelve a tener el viento de cara, pero que le cuesta avanzar. No camina. El año pasado lo pasó prácticamente en blanco por una caída y una lesión que le tuvieron en barbecho y, arrancada la temporada, sus resultados son nefastos. "Me está costando volver más de lo que me imaginaba". Se cuentan con los dedos las carreras que ha logrado acabar, siempre lejos de los mejores, como en esta Vuelta al País Vasco. "Pero aquí me estoy sintiendo mejor", cuenta en la mañana lluviosa de Eibar antes de una etapa en la que acabará retirándose. Dice que quiere volver a ser competitivo y que trabaja para ello. Que pese a los episodios polémicos que le señalan -un parlamentario francés aseguró hace pocas fechas haberle visto borracho en el ascensor de un hotel de Munich- sigue disfrutando de la bicicleta, que piensa en el Tour pero con prudencia, que el origen de todo se encuentra en la lesión y en nada más, que no le frustra lo que está sucediendo porque lo entiende como parte de la vida de un ciclista y que prefiere estar centrado en el presente y el futuro y olvidar lo ocurrido.
¿Cómo se encuentra?
Bien, me noto que voy mejor y que ahora puede ser útil para ayudar al equipo.
Sigue estando lejos de los mejores pero su estado de forma parece haber mejorado en la Vuelta al País Vasco.
Eso es. Quiero volver a ser competitivo y ahora creo que he conseguido una buena base. Entonces, se trata de hacer las cosas en ese sentido, pero paso a paso, sin precipitarse. Estoy trabajando duro para hacer posible mi regreso.
¿Qué siente cuando ve a Contador, a Nibali a los corredores del Sky ahí arriba, luchando por ganar? ¿Le da envidia? ¿Le apena?
Ellos están bien ahora y yo estoy un paso por detrás, pero estaré preparado más adelante. Quiero volver a ser lo que era, pero ahora mismo tengo el viento de cara.
¿Cuál es el origen del problema?
La caída del año pasado y la lesión que luego me tuvo sin poder andar en bicicleta.
¿Y cómo explica que le esté costando tanto volver a recuperar el nivel?
Eso, la lesión. Entonces no pude trabajar como debía y ahora me está costando recuperar lo perdido más de lo que hubiese podido imaginar.
¿La lesión está superada?
Toco madera, pero al menos ahora puedo montar en bici casi sin sentir dolor.
Le está costando hasta acabar las carreras.
Antes de volver a competir hice muchos kilómetros entrenando, pero estar otra vez en el pelotón es otra cosa. No llega a frustrarme, pero no había experimentado esto antes en mi carrera deportiva. Es algo nuevo.
¿Dice que no le frustra?
Así es la vida de un ciclista. Tiene altibajos. Cuando estás abajo es duro, pero me sigue gustando andar en bicicleta y competir.
¿Recuerda el último día que disfrutó sobre la bicicleta?
Ayer mismo.
¿Le ha hecho más daño la presión de la prensa, las críticas, que la propia lesión?
Al final, todo viene unido. Cuando uno está bien todo el mundo está detrás de ti, mientras que cuando las cosas no funcionan ves realmente a quién le importas. Pero no quiero pensar más en las cosas negativas. La lesión, el invierno, los resultados? Todo eso es pasado y estoy centrado en el presente y el futuro.
¿Echa de menos a su hermano Frank?
Frank siempre está ahí. Suelo entrenar con él.
¿Piensa en el Tour?
No voy como el líder porque no estuvo allí el año pasado. Tengo el apoyo del equipo y ya veremos cómo nos va en julio.
Antes, tiene que llegar hasta allí. ¿Que calendario tiene?
Ahora, después de País Vasco, voy a las clásicas de las Ardenas pero no sé cómo voy a estar. Después, correré el Tour de California, haré una concentración para entrenar bien y luego estaré en el Tour de Suiza antes del Tour.