MADRID. "Creo que la sangre no se había manejado de manera adecuada, que se había deteriorado. Lo supe porque unos 35 o 40 minutos después mi orina era de color negro", explicó durante su testimonio por videoconferencia desde la embajada de España en Washington.

Hamilton, que admitió haber seguido un calendario de consumo de sustancias dopantes diseñado por el doctor Eufemiano Fuentes, señaló: "No seguía mucho la programación, no tomaba mucha hormona de crecimiento". Añadió, asimismo, que sólo tomó insulina una vez.

"No me gustaba cómo me sentó, sudaba, tenía pulsaciones más rápidas de corazón, me sentía extraño", dijo.

El excorredor reconoció que él mismo asumió el coste de los tratamientos de Fuentes, a quien pagó en efectivo de 25.000 a 30.000 euros al año desde 2002 hasta 2004, y que posteriormente esta cantidad subió hasta 50.000 euros por la utilización del sistema de congelación de la sangre, al que llamaban "Siberia".

"Me explicaron que yo y otros ciclistas teníamos que asumir el coste de este congelador. Dijo que tres o cuatro de nosotros pagaríamos el congelador. Que yo sepa trabajaba con seis o siete ciclistas en total", añadió.

Preguntado por la fecha y los motivos que le llevaron a poner fin a su relación con Fuentes, único de los acusados en el juicio con el que reconoció haber tenido una relación laboral, Hamilton explicó que fue a mediados de septiembre de 2004, después de dar positivo en la Vuelta a España de ese año por una transfusión.

"Me dijeron que tenía sangre de otra persona en mi organismo. Yo lo que tenía acordado eran autotransfusiones y siempre miraba para comprobar si era 4142", comentó en alusión al código que él mismo eligió para que se identificara la sangre que le extraían, antes de añadir: "O se había intervenido mi muestra, o me pusieron sangre de otro, o la prueba se hizo mal".