EL próximo 5 de marzo, fecha en la que se disputarán en Old Trafford el partido de vuelta de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Manchester United, se conocerá si el gigante blanco está en disposición de competir por títulos de rango o no está para nada. Es decir, eliminado de todo. Hecho una ruina. Condenado a languidecer lo que resta de temporada, y eso es mucho trago para un club de tanto abolengo, sin más aliciente que las migajas del subcampeonato liguero, porque a día de hoy, con 16 puntos menos que el Barça, se da por descontado que el torneo de la regularidad tiene un claro color.
De confirmarse los peores augurios, el Real Madrid se encontrará en una situación que apenas tiene precedentes a lo largo de su dilatada historia, lo cuál repercutirá directamente sobre la figura del entrenador, Jose Mourinho, que atraviesa su peor momento desde que accedió al banquillo merengue. Al contrario, si el Real Madrid sale airoso de la dura prueba que le aguarda, Mourinho también recuperará, al menos de momento, las credenciales perdidas y su prurito de The special one.
Significará que el equipo madrileño ha eliminado al Barça de la Copa derrotando a su gran antagonista en el mismísimo Camp Nou, escenario el próximo 27 de febrero del partido de vuelta entre ambos colosos (1-1 en la ida). O que el Real Madrid prosigue con paso firme su camino hacia la Décima, el ansiado título continental que no cata desde 2002, en la época de los galácticos, dejando en la cuneta al ilustre Manchester United, sólido líder de la Premier inglesa.
O ambas cosas, lo cuál restará toda trascendencia al errático paso del Real Madrid por la Liga BBVA.
A la espera de acontecimientos, mañana la Liga de Campeones despierta de su letargo y regresa al escenario europeo para afrontar los octavos de final, fase que se recorrerá a lo largo de cuatro semanas. El martes con dos encuentros, Celtic de Glasgow-Juventus y Valencia-París SG; el miércoles con otros dos, el Shakhtar Donetsk-Borussia Dortmund y Real Madrid-United; y la próxima semana con las otras cuatro eliminatorias en sus partidos de ida, el Oporto-Málaga y Arsenal-Bayern de Múnich (martes, día 19) y el miércoles 20 con el Galatasaray-Schalke 04 y el Milan-Barcelona. Los encuentros de vuelta se jugarán el 5 y 6 de marzo y el 12 y 13 del mismo mes.
La eliminatoria anuncia choques a priori espectaculares, como así se intuye con el Madrid-United, donde el reencuentro entre Cristiano Ronaldo y el equipo de sir Alex Ferguson añade picante a la confrontación.
Al Barça le toca bailar con un clásico como es el Milan, aunque ahora no se encuentre precisamente en su mejor momento. También concita la atención el Arsenal-Bayern, aunque todos presentan alicientes, sobre todo para el Málaga, que intentará seguir labrando la mejor época de su historia ante un tradicional de la competición, como es el Oporto, con dos títulos de la Copa de Europa.
Beckham, Drogba y Anelka El cuarto representante de la Liga española, el Valencia, tendrá un duro rival en el PSG, nuevo rico sobre el papel que aspira a codearse con los más grandes al amparo de los petrodólares de Catar. Liderado por el sueco Ibrahimovic, el PSG ha incorporado en sus filas a uno de los dinosaurios que han regresado en las últimas fechas a Europa. Es el inglés David Beckham, que lleva sin participar en el torneo desde su derrota por 4-0 en Old Trafford con el Milan en los octavos de final de la campaña 2009-10.
Otro es Didier Drogba, que dejó el Chelsea tras protagonizar con su talento y goles la final ante el Bayern Múnich el pasado mes de mayo. Por su parte, el ex compañero de Drogba en el Chelsea y el Shanghai, Nicolas Anelka, también ha dejado atrás la frustrada aventura china y probará fortuna en la Juventus.