Bilbao. En pleno terremoto causado por la confesión de Lance Armstrong y el juicio de la Operación Puerto, los casos de ciclistas y exciclistas que salen a la palestra confesando haberse dopado se multiplican. Ayer fue el turno del danés Michael Rasmussen, que actualmente está enrolado en el Christina Watches y que durante cinco años brilló con el maillot del Rabobank holandés. Y brilló, precisamente, hasta que le envolvieron las oscuras sombras del dopaje. Cuando se encontraba a cuatro días de proclamarse ganador del Tour de Francia de 2007, Rasmussen fue expulsado de la carrera por no haber estado localizable en el mes de junio para pasar diversos controles de antidoping.
En una comparecencia ante la prensa cargada de lágrimas y abrazos, el ciclista confesó que a lo largo de su carrera profesional, entre 1998 y 2010, se dopó "casi ininterrumpidamente". En la sede del que es su equipo desde hace dos años, Michael Rasmussen dio detalles de lo que siempre había negado categóricamente: "He tomado EPO, hormona del crecimiento, testosterona, insulina, cortisona y he hecho transfusiones de sangre". Con una sanción de dos años ya en su currículo por el incidente de 2007, debería ser ahora sancionado con 8 años de suspensión, pero en las últimas semanas Rasmussen ha colaborado activamente con las autoridades danesas, holandesas y norteamericanas así como con la Agencia Mundial Antidopaje, por lo que todo parece indicar que se acogerá a una reducción de tres cuartas partes de la pena. A pesar de que el ciclista ha dado detalles a estos organismos de cómo se dopaba y nombres de las personas implicadas, explicó que debe cumplir con un acuerdo de confidencialidad para no dar más datos públicamente por ahora.
"Cuando hoy me levanto", declaró emocionado ante la prensa, "lo hago como un hombre aliviado. Estoy contento porque ya no tengo que estar sentado mintiéndoos. Me he liberado de una pesada carga".
Rasmussen estuvo acompañado en el acto por la dueña de su actual equipo, Christina Hembo, y por el manager Claus Hembo. Ellos quisieron matizar que no toleran las prácticas de dopaje y aseguraron que Rasmussen había corrido totalmente limpio en los dos años que lleva a sus órdenes. Tal es la fe en el danés que, cuando cumpla la sanción que ahora recibirá, que previsiblemente sea de dos años, tienen intención de que se reincorpore a su estructura como director de equipo. La directora de la Agencia Antidopaje Danesa, Lone Hansen, emitió seguidamente un comunicado en el que se negaba a detallar los datos revelados por Rasmussen. Hansen destacó que el ciclista había contribuido activamente "a aportar luz sobre el dopaje en el ciclismo" y que cree que lo hizo con honestidad.
Las palabras de Rasmussen, que durante cinco años corrió para el equipo holandés Rabobank, dan una vuelta de tuerca más a las acusaciones de dopaje al equipo holandés. Varios corredores, con Thomas Dekker a la cabeza, ya habían declarado que en el equipo se llevaban a cabo prácticas prohibidas. Al estallar el caso Armstrong, el propio Rabobank decidió desvincularse del equipo.