Barcelona. El entrenador del Barcelona, Tito Vilanova, estará los próximos días ingresado en el hospital del Vall d'Hebrón tras ser intervenido para extirparle un tumor en el cuello, repitiéndose el mismo procedimiento que tuvo al técnico catalán en una situación idéntica hace justo poco más de un año. Tras la intervención, el Barcelona informó de que todo fue conforme lo previsto, que se le extirpó un tumor que se le había reproducido en la glándula parótida y que en pocos días, si todo va sin complicaciones, Vilanova regresará a su domicilio para iniciar un período de recuperación, con sesiones de radioterapia y quimioterapia.
El barcelonismo empieza a tomarle el pulso a una situación que le angustió después de conocerse que Vilanova debía pasar otra vez por el quirófano para afrontar nuevamente una operación para atacar un tumor en una zona que se creía sanada. Otra vez el Barcelona se ha visto sacudido por la caída de uno de los suyos, después de que el mismo Vilanova debiese superar hace poco más de un año otro tumor en la misma zona, y el devenir de Eric Abidal con su dolencia en el hígado y posterior trasplante de este órgano.
En el Barcelona parecen tener la piel dura de tantos arañazos y golpes, pero ello no ha impedido que, después de haber trazado la institución y el equipo un camino firme hacia el éxito deportivo, por motivos de una muy mala noticia se haya vuelto a sacudir el alma azulgrana, sobresaltada por un hecho como el que ha afectado a su entrenador.
Tras la operación y la buena noticia de que todo fue bien, el club recuperó el aliento, los futbolistas se entrenaron con relativa normalidad y Jordi Roura, el técnico interino, empezó a tomar conciencia del encargo que tiene para las próximas semanas: continuar con la velocidad de crucero del Barça.
El club, no obstante, evitará someterlo a la presión de los micrófonos, y hoy en la cita habitual para atender a los medios antes de un partido, Roura no acudirá para, así, vivir más desahogado y poder preparar el partido contra el Valladolid de mañana, el último del año, en el que el club catalán se despedirá como líder indiscutible, sin importar el resultado, por la ventaja que goza.
Así, Roura sólo se expondrá en público, por ahora, para hablar de asuntos deportivos tras el partido contra el Valladolid, donde volverá a experimentar una sensación ya vivida esta temporada, cuando también debió ser el encargado de dirigir al Barça desde el banquillo durante los dos partidos de sanción que debió cumplir Vilanova al ser expulsado en Pamplona.
El tiempo que Roura estará al cargo del primer equipo se desconoce, aunque si los tiempos de recuperación de Vilanova se acercan a cuando sufrió el primer percance hace un año, podría ocurrir que a finales de enero el primer entrenador ya podría estar con el equipo.