Bilbao. "Necesitaba desconectar", dice Aimar Olaizola. Y es que, después de dos meses centrado en el Cuatro y Medio y arrastrar dos años de triunfos, necesitaba una mañana de descanso. Ayer celebró la victoria con su hermano Asier.
¿Qué tal está después de calarse su sexta txapela del acotado?
Muy bien, a gusto. Después de ganar una final y una txapela, es todo más fácil y estoy muy contento. Tras el partido fuimos a cenar los amigos y la familia, todo salió bien y todo el mundo acabó muy contento.
Ya le tocaba ya desconectar después de dos meses intensos de competición.
Sí, así es. Quería ir a cazar a la mañana, así que me he levantado a las 7.00 y hemos ido los dos hermanos a andar por el monte, con los perros y demás. Necesitaba desconectar.
Va sumando finales y campeonatos y apenas para.
Aquí va todo seguido. Para mí también es importante, porque demuestra que estamos arriba, que siempre estamos en la pomada y es lo más importante para un pelotari.
Y esta semana le toca volver a la alta competición en el Parejas.
Es lo de siempre, aquí termina un campeonato y empieza el otro. Ya estamos acostumbrados. Toca ir a Zarautz a ver cómo salen las cosas en el Parejas. Es un campeonato muy bonito y ahora lo que me toca es descansar un poco y bajar los entrenamientos el nivel físico. Toca empezar de nuevo.
Ha ganado este año el Manomanista y el Cuatro y Medio, ¿cuál es su valoración de 2012?
Muy buena. Desde que volví de la lesión de rodilla me están saliendo bien las cosas. Cuando uno está con confianza en la cancha, se transmite en el juego. Además, estoy teniendo mucha suerte con las lesiones. Respecto al juego, me encuentro muy bien.
¿Cómo vivió la final después de empezar dominando con el 13-0?
Para mí fue muy importante empezar de ese modo. Aun así, lo que está claro es que en el individual hay tacadas. Así que empezar y en diez minutos estar 13-0 ganando fue importantísimo. Eso da confianza y al contrario le pone nervioso. Una de las claves estuvo ahí, en empezar bien y él muy nervioso.
Con una brecha tan grande en el luminoso no se pudieron apreciar sus sensaciones al inicio.
Como es normal, en estos partidos tan importantes, quieras o no, siempre tienes el cosquilleo dentro, nunca estás del todo tranquilo. En el calentamiento estaba muy centrado, notaba que me sentía cómodo. De pies estaba bien y me encontraba a gusto. También empezar así es fundamental.
Además, cuando Oinatz carburó, a usted se le vio muy potente en defensa.
Igual ha sido el día que mejor estaba de piernas en todo el campeonato. Durante todo el partido estuve bien en este aspecto. Pero no solo hubo una clave: acerté a defender, pero también saqué bien, resté y crucé bien la pelota, porque Oinatz es un pelotari que entra mucho de aire.
Seis txapelas del Cuatro y Medio en diez años.
No soy de los que dan muchas vueltas a eso. Nunca te puedes tranquilizar porque lleves una, dos, tres o seis txapelas. Yo afronto cada campeonato con la misma ilusión como si no tuviera ninguna.
¿Se pierde la perspectiva de los títulos cuando uno gana tantos?
No, de ninguna manera. En ningún momento me pongo a pensar cuántas txapelas llevo. Yo cada vez que afronto un nuevo torneo lo hago con el mismo planteamiento. A mí me hace la misma ilusión cada título.
Está disfrutando.
Sí. Eso es muy importante para mí. Hay un montón de cosas, pero está claro que si disfrutas las cosas te salen mejor. Si las lesiones te acompañan, si tienes suerte, si todo te sale de cara, eso se transmite en la cancha. Y estoy disfrutando muchísimo.