madrid. El equipo español pretende consagrarse por sexta vez en su historia como campeón de la Copa Davis en una dura final que da comienzo hoy en el O2 de Praga y ante un duro rival como la República Checa, frente a la que quiere demostrar que no tiene únicamente dependencia de Rafa Nadal y de la tierra batida.
Los pupilos de Alex Corretja defienden, en la simbólica edición centenaria, el título conseguido hace un año en La Cartuja de Sevilla ante Argentina, el quinto en once años, lo que le confirmó como la gran potencia de la competición en el siglo XXI. Precisamente, hace tres años, reeditaron la corona ante la República Checa, a la que batieron con claridad por 5-0 en la tierra batida del Palau Sant Jordi, para repetir la machada lograda en Mar de Plata, cuando conquistaron por primera vez la Ensaladera a domicilio.
Y en aquella ocasión, España dejó claro que ni tenía dependencia de Rafa Nadal ni era exclusivamente terrícola. En la rápida pista indoor que colocaron los argentinos, los de Emilio Sánchez Vicario se sobrepusieron a la ausencia del balear por lesión y a la derrota inicial de David Ferrer ante David Nalbandián, para ganar los tres puntos siguientes, con Feliciano López y Fernando Verdasco, ausentes en Praga, y hacerse con el título.
Ahora, el panorama en Praga es similar. El manacorense está lesionado y la superficie que han elegido los checos también es rápida para favorecer el tenis de Tomas Berdych y Radek Stepanek, ansiosos de revancha y que no sólo quieren vengar la derrota en la final de 2009 sino la dolorosa de 2004 cuando ambos perdieron en la primera ronda sus dos decisivos partidos del domingo.
Por ello, el reto es de altura para los de Alex Corretja, que ha confiado en su bloque de las dos últimas eliminatorias, liderado por David Ferrer, con Nicolás Almagro como su compañero de individuales, y Marc López y Marcel Granollers, apuesta del exjugador catalán para el doble que le está dando los réditos esperados.
Ferru y el dúo catalán se presentan claves, con el murciano, en teoría, como el eslabón más débil, para partidos importantes. El de Jávea, que viene de firmar un gran final de campaña con dos títulos (Valencia y París) y dos victorias en la Copa de Maestros, tendrá la responsabilidad de abrir la eliminatoria contra Stepanek, un jugador veterano, que rinde muy bien en este tipo de pistas y que tiene cuentas pendientes. En este sentido, Corretja prefería que fuese el alicantino el que empezase, sabedor de que ganar este primer punto sería clave para que Almagro saliese menos tensionado en su duelo contra el número uno checo. El sábado sería el turno de López y Granollers, según el sorteo, ante Lukas Rosol e Ivo Minar, dos jugadores que, en principio. estaban destinados a jugar un papel secundario y sin experiencia en el doble ni en la competición. El domingo se jugarían el resto de individuales con los dos números uno abriendo el día.
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