Pamplona. Asier Olaizola regresó al Cuatro y Medio de la LEP.M por la puerta grande. Tras perderse la pasada edición del torneo por decisión técnica de Asegarce, su empresa, el delantero de Goizueta volvió ayer a la jaula con una ambición tremenda. Tanta que puso fin a la maratoniana aventura que inició Mikel Idoate el pasado fin de semana. Superó el chantreano dos previas ante David Merino y Aritz Lasa en menos de 48 horas para ganarse una plaza en el cuadro definitivo del campeonato, pero ayer se quedó sin gasolina en el frontón Jaian Jai de Lekunberri. Acumuló más kilómetros en su coche, pero también en sus piernas, ya que estuvo a merced de su rival durante todo el envite. Y es que el combustible lo puso Asier en cada uno de sus golpes. Agresivo con el saque, poderoso con la derecha y certero en el remate, el mayor de los hermanos Olaizola logró con holgura y merecimiento el pase a los octavos de final, ronda en la que peleará el próximo sábado con Pablo Berasaluze. Lo harán en el frontón Bizkaia de Bilbao.
Olaizola I e Idoate nunca se habían visto las caras dentro de la jaula, pero ya acumulaban un par de enfrentamientos individuales en el Manomanista. El chantreano había triunfado en ambos, pero ayer cambió su suerte. O mejor dicho, la de Asier. El delantero de Goizueta abrió brecha desde el inicio con una tacada de siete tantos consecutivos en las sacó partido de un par de errores de su oponente, de su saque (los tantos 4, 5 y 6 los logró con el disparo inicial) y un par de remates a los que Idoate no encontró respuesta.
Intentó el chantreano reaccionar tras tan demoledor inicio (7-0), pero no pudo. No era su día y, para colmo de sus males, se topó ayer con un Asier Olaizola inmenso. El goizuetarra imprimió una potencia y una velocidad terrible a cada uno de sus pelotazos, aprovechó el saque de manera brutal (se apuntó seis tantos directos con el disparo inicial y unos cuantos más con el saque-remate) y tuvo a Idoate a su merced durante toda la tarde. Siempre, con la excpeción de la recta final del choque, en la que Idoate resurgió tímidamente de sus cenizas para maquillar, pero poco, un resultado que pudo ser todavía más escandaloso. Y es que Asier ofreció su mejor versión, mientras que Idoate, como él mismo reconoció al término del choque, fue una sombra de sí mismo.
Olaizola I ya está en octavos. Con su triunfo de ayer frenó la escalada de Idoate y se situó a un paso de su techo en la competición, los cuartos de final, ronda que nunca ha superado. Sin embargo, este año tendrá margen de error porque la liguilla se ha adelantado. Pero antes tendrá que tumbar a Berasaluze VIII el próximo sábado en Bilbao.