Vitoria. Gorka Verdugo no va a olvidar este verano de 2012. El corredor de Euskaltel-Euskadi (Etxarri- Aranatz, 1978) ha finalizado la Vuelta en undécima posición, un puesto de honor que solo había visto de lejos en sus diez participaciones anteriores en rondas de tres semanas. Pero es que además, el navarro estrenó paternidad el pasado 22 de agosto, justo el día que la etapa finalizaba en Logroño, lo que le permitió acercarse hasta Iruñea para conocer a Aimar, su mejor triunfo. "He disfrutado cada kilómetro y cada etapa en esta Vuelta. La verdad es que yo no considero que mi undécimo puesto haya sido una sorpresa, porque antes de empezar yo tenía buenas sensaciones y sabía que llegaba en un buen momento. Es verdad que al principio mi única misión era ayudar a Igor (Antón), pero con el paso de los días me he ido encontrando mejor y he podido disfrutar de mis oportunidades de lucimiento", desgrana Verdugo desde su casa mientras disfruta de sus primeras horas de asueto junto a su hijo.
Este final feliz del estío contrastó con la desgracia que sufrió el pasado 6 de julio, cuando una montonera en la sexta etapa del Tour de Francia, que les costó la ronda gala a Mikel Astarloza y Amets Txurruka, le causó una herida de diez por tres centímetros en su pierna izquierda. El navarro mostró su carácter y no solo terminó aquella etapa sino que se mantuvo sobre la bicicleta hasta que la desgracia que persiguió a la escuadra naranja en la Grande Boucle se llevó también por delante, dos días más tarde, a Samuel Sánchez. "Me habían dado nueve puntos de sutura en la pierna y era la primera vez que abandonaba en una de las grandes. Me volví a casa y estuve cuatro días sin tocar la bici, para a continuación empezar a preparar la Vuelta".
Y Gorka Verdugo aprovechó a la perfección ese descanso activo imprevisto que había supuesto su retirada en el que era su séptimo Tour consecutivo para volver a rrecuperar la forma y exhibirla en la ronda española. "Y eso a pesar de que ha sido una Vuelta muy dura, pero no solo por el trazado, sino porque hemos ido todos los días a tope, salvo en la etapa que acabó en Valladolid, en la que se escaparon dos por delante y nos dejaron ir un poco tranquilos, pero el resto de los días hemos estado totalmente enchufados". Para el veterano corredor navarro, los finales de etapa que la organización de Unipublic ha situado en puntos como el Cuitu Negru, Lagos de Covadonga o la Bola del Mundo"son una verdadera faena para nosotros, porque tenemos que montar desarrollos especiales que no llevamos más que en contadas ocasiones". Sin embargo, Verdugo también observa el lado positivo de la cuestión porque "al espectador es lo que le gusta y en los dos o tres últimos años hemos podido comprobar que hay más gente en los kilómetros finales de las etapas y las audiencias de televisión también han ido subiendo".
Pero todo lo bueno tiene su lado negativo. Y la Vuelta lo ha tenido también, no solo para Gorka Verdugo sino también para la escuadra con la que ha completado las nueve temporadas que atesora en el pelotón profesional. Porque a Euskaltel-Euskadi se le han pasado los 21 días de competición sin que ninguno de sus representantes haya podido levantar los brazos al final de la jornada, algo que no ocurría en esta cita desde 2009. "No haber ganado una etapa es el único regusto amargo que nos queda, pero es que las victorias han estado muy caras porque los tres primeros (Contador, Valverde y Purito) han estado por encima del resto". Y es cierto que los tres corredores que coparon el podio de la Vuelta fueron los grandes triunfadores de la ronda. Pero ninguno de ellos firmó un triunfo como el que AImar representó para Gorka Verdugo.