DEGENKOLG, John (Argos) 4h47:24''

BOUHANNI, Nacer (Fdj) m.t.

BENATTI, Daniele (Radioshack)m.t.

GENERAL

RODRÍGUEZ, Joaquín (Katusha) 39h 32:23''

FROOME, Christopher (Sky)a 53''

CONTADOR, Alberto (Saxo Bank)a 1:00

La etapa de hoy.

Sanxenxo. Degenkolb empezó el día haciendo rodillo antes de la etapa en Ponteareas, la casa de Pino y los hermanos Rodríguez, Delio y Emilio, los tres ganadores gallegos de la Vuelta, y acabó pasándolo, el rodillo, por encima de sus rivales esprinters en la meta de Sanxenxo, junto a la playa, aplaudido por los bañistas. Allí les dio un baño. Otro. Van cuatro en otros tantos sprint de la Vuelta. Los ha ganado todos.

Degenkolb ha dominado tantos esprines como escapadas ha cogido Javier Aramendía, el mozo de Funes que corre en el Caja Rural, tiene planta navarra, es alto y fuerte, y rasgos faciales que recuerdan a Indurain. Aramendía corrió en el Orbea, la catapulta a Euskaltel-Euskadi, donde recaló como una promesa y acabó diluido, ahogado en el World Tour. Este año bajó un peldaño, cogió aire y en la Vuelta va de maravilla. Lleva media carrera fugado. Ayer, con Adrián Palomares, otro rebelde que el año pasado subió al podio de Madrid como el más combativo. Juntos corrieron todo el día por Galicia, cuesta arriba y cuesta abajo, llegaron a amasar una renta cercana a los siete minutos, pero siempre estuvieron a tiro del pelotón. De eso se ocupó el Argos, el equipo de Degenkolb.

A Aramendía y Palomares se les acabó la cuerda a una treintena de kilómetros de meta, tras casi cuatro horas de paliza. Justo entonces se estaba lanzando la carrera.

Iban de O Grove a Sanxenxo por la playa de La Lanzada, una zona abierta donde el aire corre cargado de mar. El Sky, que no le pierde la cara a la carrera, sopló al pelotón por si alguien iba despistado. Se echó a la cuneta, tensó, pero esta vez no atrapó a nadie. Todos se lo olían. Contador iba bien colocado a rueda de los ingleses. Y a Valverde le rodeaban sus guardianes, todos menos Cobo, que había desconectado. Como al murciano, el Katusha abrigó bien a Purito. Y Euskaltel a Antón. Como no pasó nada, la tensión bajó al dejar la playa de La Lanzada.

De la cabeza desaparecieron los favoritos y ocuparon su espacio los esprinters. Se abrían hueco a codazos. Entraron en Sanxenxo, cruzaron la playa y se enfocaron la meta, colgada de un repecho que pudo con Rojas, Davis o Koldo Fernández de Larrea y catapultó a Degenkolb. El alemán aceleró a 250 metros, lejos, y esperó a que vinieran por él. Quiso atraparle Bouhanni, en vano. Degenkolb les dio otro baño.