Andorra. "Nosotros sabemos que está bien, pero hace falta que él se convenza de ello", dicen en Euskaltel cuando las cosas no pintan tan bien para Igor Antón tras el día malo y preocupante de Valdezcaray, donde el escalador vizcaino se deja medio minuto; o después del asalto al Fuerte de Rapitán, cuando la derrota se mide por más del doble de tiempo y la brecha en la general se abre más allá de la frontera de los dos minutos. Ni siquiera entonces asoma la sombra de la duda en el equipo naranja. No arrojan la toalla con su líder. Lo sigue siendo y mantienen el plan: la general, por encima de las etapas, es la prioridad. Saben que sus piernas son las buenas de las mejores ocasiones. Saben que está preparado. Fresco y sano. Saben que tiene que aparecer. Cuando amaine la tormenta de fuego. Cuando cese el temblor en el pelotón, la tensión. Cuando llegue la montaña.

La Vuelta llega a Andorra, donde Antón ya ganó hace dos años pero en otro escenario, el de Pal, y el vizcaino se crece. "Tranquilo, va bien", le cuenta en un mensaje Gorka Gerrikagoitia, que ve la etapa desde casa por la tele, a Álvaro González de Galdeano, que dirige el equipo desde el coche. La noche de Jaca, tras el segundo día en el que Antón siembra dudas, el director alavés y el vizcaino hablan por teléfono. Cuando se despiden, Gerrikagoitia cuelga y se siente satisfecho. Galdeano le ha reforzado en su convencimiento. Le ha dicho que todo va bien, que no hay por qué preocuparse, que reina el optimismo en el grupo y que el ambiente es bueno. Esa es la mejor señal de que Antón estará a la altura cuando llegue su momento.

Esperanzador En la Collada de la Gallina el vizcaino, también Beñat Intxausti, otra buena noticia, pierde 33 segundos con Valverde, Purito y Contador y en Euskaltel-Euskadi sonríen complacidos. "Es lo que esperábamos", dice Gerrikagoitia. "Está un pelín por debajo de los cuatro -los tres españoles y Froome-, pero es esperanzador volver a verle ahí", explica el vizcaino, para quién el de ayer era clave en la trayectoria de Antón en la Vuelta. "Dependiendo del resultado, teníamos que definir nuestro futuro papel en la carrera. Hacia delante o hacia atrás. Y, después de lo visto, seguimos hacia adelante. Igor está bien y lo más importante sigue siendo la general. Pero eso no quiere decir que busquemos al Antón de 2010. Eso no puede ser. Él mismo lo hace, persigue esas sensaciones y se equivoca. Ahora ha comprendido que no puedes buscar lo que fuiste sino aprovechar lo que eres, lo que tienes, que, en su caso, es mucho", reflexiona Gerrikagotia.

Sin caer en la euforia, en Euskaltel piensan que las señales emitidas en Andorra por su líder indican que según vayan pasando los días tiene que ir a mejor. Más aún pensando que llega su terreno. Y que el desgaste puede afectar a corredores como Valverde o Purito, más explosivos. Antón es más diésel. Escalador de aliento largo. "La semana de la montaña asturiana tiene que ser la suya", piensa Gerrikagoitia.

Hacia allí mira Antón. "Creo que le voy cogiendo el pulso a la Vuelta, que es lo que más me importa. En Valdezcaray pasé un mal día pero me he rehecho y he vuelto a estar delante. Ahora mismo hay cinco ciclistas que están mejor que yo, pero aun queda carrera y espero seguir mejorando y encontrando mejores sensaciones", dijo el vizcaino, que es octavo en la general a 2:47. Intxausti, otro de los aspirantes a una buena clasificación pero que se derritió bajo el calor de Valdezcaray y perdió más de tres minutos, resurgió ayer, subió de la mano con Antón y ahora es 23º a 5:43 de Purito.