Jaca. El lunes por la tarde en el hotel de su equipo en Bilbao, Joaquim Rodríguez se acordó de Joaquim, su padre. "Siempre me decía que hasta el rabo todo es toro. Qué razón tenía mi padre". Si le hubiese hecho caso no habría perdido la etapa de Arrate con Valverde "por imbécil", por confiarse, dar una pedalada menos y dejar que el murciano le pasara por la derecha. Ayer, Purito, un impulso hecho ciclista, lanzó su bicicleta más allá de la meta y no se detuvo hasta hacer tope con la valla del fondo, el rabo del toro que decía su padre, temiendo que volviera a aparecer Valverde como una bala y le volviese a dejar con cara de "tonto". Esta vez no olvidó a su padre. Ni a Ángel Vicioso, que es maño, de Alhama de Aragón, y conocía la subida al Fuerte de Rapitán. Se la describió palmo a palmo. Sus porcentajes, la longitud, sus 13 curvas de herradura, la estrechez, la sombras, las vistas sobre Jaca… Todo. Y le aconsejó porque le conoce: "Muérdete la lengua hasta los últimos 200 metros porque si no se te va a hacer pelota". Le hizo caso. A esa distancia remató a Froome, que tiraba como un poseso. Había descolgado a todos, Valverde y Contador los dos últimos, menos al catalán, que afianzó su liderato en la general. Tiene diez segundos de ventaja con el inglés, pero mete ya 35 a Contador, 41 a Urán, 53 a Gesink y 54 a Valverde. Cobo corre con un retraso superior al minuto y medio. Y Antón está, tras volver a sufrir ayer, a más de dos minutos de distancia.
Purito se hizo fuerte en el Rapitán, pero hasta allí, cuatro últimos kilómetros explosivos, pasó por un infierno. Como todos. Pero sobre todo, los ciclistas pequeñitos, los escaladores de bolsillo que no sabían dónde meterse. Iban fatigados. A casi cincuenta por hora subiendo el puerto de Oroel, de tercera y antesala del asalto a la fortaleza de Jaca. En fila india. Hacia el fuerte. Al líder, la velocidad que imprimieron al grupo el Movistar, el Sky o el Saxo Bank, le pareció bestial. Hasta excesiva. "Parecía un sprint más que una acercamiento a la montaña". Así entraron en Jaca. A toda pastilla. Purito, el líder, iba con el gancho. En el límite. Eso buscaban sus rivales.
Antón, asfixiado Como él, pero más angustiado aún, Antón, que sufre más cuando se dispara la tensión en el llano que cuando sube una montaña. A la de Rapitán, que no llegaba a tanto, si acaso un puertecito ni duro ni largo, el escalador vizcaíno entró asfixiado y cortado. Perdía 10 segundos cuando empezó lo serio. En el camino vertical se dejó otros 48 más la bonificación. "Ha ido para atrás. No es buena señal, pero hay que esperar a la montaña de verdad", reflexionó Gerrikagoitia.
A Antón le hizo sufrir y le descolgó Beñat Intxausti, que arrastró al grupo colina arriba durante los dos primeros kilómetros. Luego aparecieron Froome y su caballería colombiana, Henao y Urán y el Rapitán pareció cualquier otra montaña del Tour, con Froome en el lugar de Wiggins, ordenando más o menos intensidad y estirando su cuerpo largo y delgado para desde la altura comprobar el efecto demoledor del ritmo de sus domésticos de patas negras. Escarabajos. El keniano, blanco y rubio como un inglés, vio quedarse a Mollema y Gesink, derretidos los holandeses. Y sufrir a Cobo, el campeón que va entrando poco a poco en carrera, todos le señalan como amenaza en la semana decisiva de los puertos asturianos, pero que todavía está uno o dos puntos por debajo de su verdadera dimensión. Perdió 35 segundos.
Al cántabro le dio la puntilla Urán, que dentro del último kilómetro relevó a Henao con un acelerón brutal e hizo estremecerse a los que resistían el asalto a la fortaleza. Le siguió, claro, Froome, fresco como una lechuga. Y Purito, que se mordía la lengua como le había dicho Vicioso que hiciera. "Pero iba de puto culo", contó luego el catalán. No se despegó del dorsal de Froome. Tampoco cedió Contador, extrañamente estático y oculto. Mala señal. Ni Valverde, el de los quinientos metros bestiales.
A 200 metros El murciano no desenfundó a esa distancia. No le quedaban balas. A Froome, sí. Una. La disparó a 400 metros y derribó a Valverde y, sorpresivamente, a Contador, que luego explicó que iba con calambres y se sintió deshidratado. Solo esquivó la bala Purito, pegado al culo del inglés, calculando, contando, esperando a los 200 metros finales, los más duros, que le había marcado vicioso como lanzadera. Allí se quitó el corsé el catalán, que no necesitó girarse para saber que Froome venía vacío y no era un riesgo pero sí temió que volviese a aparecer de la nada Valverde y le volviese a ocurrir lo de Arrate. "He esprintado hasta la valla", dijo. Hasta el rabo del toro que decía Joaquim, su padre.
Esta vez se acordó de él antes de lamentarlo. E hizo caso a Vicioso. "Pero en realidad, no podía hacer otra cosa que seguir la rueda de Froome y esperar al final", dijo. "Joaquim ha corrido inteligente", le alabó su rival inglés, que aún no da señales de cansancio, aunque todo el mundo se pregunta, hasta su compañero Urán, hasta dónde aguantará. "No quedaba más remedio que correr inteligente porque no tenía fuerzas, pero hubiese preferido que hubiese sido al revés: ser menos inteligente y más fuerte", le respondió Purito.
En el Rapitán el catalán sacó 9 segundos a Froome -cinco más la bonificación-, 18 a Valverde y 30 a Contador. Cobo se dejó 47'' y 1:09 Antón, que espera que la llegada al col de la Gallina, mañana en Andorra, un puerto de verdad, le diga cuál es su verdadero estado de forma. En la Gallina nadie tendrá que contarle a Purito lo que hay. Lo conoce. "Es como mi casa". Allí se ha pasado, en altura, los dos últimos meses antes de bajar a la Vuelta en la que se ha hecho fuerte tras el asalto al fortín del Rapitán.
1º RODRÍGUEZ, Joaquim (Katusha) 4h15:56''
2ºFROOME, Christopher (Sky) a 5''
3º VALVERDE, Alejandro (Movistar)a 10''
GENERAL
1º RODRÍGUEZ, Joaquín (Katusha)21h 45:06''
2º FROOME, Christopher (Sky)a 10''
3º CONTADOR, Alberto (Saxo Bank)a 35''
La etapa de hoy, 7ª: Huesca-Alcañiz: 164,2 km. TVE-1, 16.10 horas.