Vitoria. El verano ha resultado prometedor a la hora de fijar los objetivos de Real Sociedad y Osasuna. Con la permanencia como primera meta con el fin de olvidar penurias de temporadas precedentes, el entorno de uno y otro ansía con ver a su equipo como equipo revelación oteando la opción de pugnar por una plaza continental. En Iruñea la entidad convive además con el traspaso de poderes presidencial al tiempo que existe confianza plena en que, de la mano de José Luis Mendilibar, la transformación rojilla sirva para acrecentar el potencial. Planteamiento que comparten en Donostia con el trabajo de Philippe Montanier, cuestionado en muchos tramos del curso pasado pero con quien se tuvo la paciencia necesaria a expensas de que la consolidación del bloque txuri-urdin contribuya a dar un paso adelante.

El optimismo responde a la identidad de los refuerzos que han aterrizado en Anoeta. Tras un curso donde no hubo agobios para evitar caer de nuevo al infierno, el técnico galo dispondrá de un plantel similar, con la excepción del retirado Mikel Aranburu. La ilusión llega liderada por Carlos Vela y Chori Castro. Después de jugar prestado por el Arsenal, la Real alcanzó un acuerdo para hacerse con los servicios del mexicano, de 23 años, artífice el anterior ejercicio de una docena de dianas y siete asistencias de gol. "Necesitamos a Carlos al principio de la temporada y durante toda ella", asegura el entrenador, que ha llamado a la prudencia para que las altas expectativas no concluyan en decepción. "Cuando empezamos una Liga siempre hay una interrogación. Es casi la misma plantilla. Estamos contentos, tengo mucha convicción, pero ninguna certeza, así es el fútbol", describe el de Vernon. No menos importante es Castro, de 27 años, deseoso de dejar huella en las cuatro temporadas que tiene por delante y encantado de coincidir con su buen amigo y compatriota Diego Ifrán.

Montanier ha mejorado mucho con el idioma y conoce a la perfección ya la competición, gusta de ser ambicioso y ha mirado a Zubieta echando mano de un joven talentoso como Rubén Pardo, de 19 años, pretendido en su día por el Real Madrid como sustituto de Xabi Alonso, que no asciende solo, sino acompañado por un todoterreno navarro: Javi Ros. En definitiva, las posiciones de ataque se han visto alimentadas de calidad y apuntan muy alto con gente como Xabi Prieto, Griezmann, Agirretxe, Ifrán y las dos nuevas contrataciones. Por detrás, una nutrida armada de canteranos: a los ya asentados Markel y Elustondo hay que unir a los Zurutuza, un todoterreno, y una promesa hecha realidad: Illarramendi.

La defensa, la línea más endeble Con la portería bien resguardada por Claudio Bravo, quizás la retaguardia se atisba como la línea más endeble tras la salida del ruso-noruego Demidov, aunque la puesta en escena a última hora del exsportinguista José Ángel ofrece mayores garantías al míster. Se confía igualmente en la mayor regularidad de Iñigo Martínez, en la progresión de Estrada y en la aportación de Carlos Martínez, De la Bella y Cadamuro, con la finalidad de no depender solamente de Mikel González y Ansotegi. Por último, merece mención especial la marcha de Joseba Llorente a Osasuna, tras ser infrautilizado por Montanier. Y es que Mendilibar espera sacarle el rendimiento que obtuvo de él en el Eibar, donde estuvo a punto de ascender a Primera División gracias a sus goles, y en el Valladolid.

Mientras, la remodelada plantilla rojilla encara otro curso arropada por una incansable afición. El bloque sufre bajas relevantes como las de Raúl García, Nekounam -la más difícil de compensar-, Sergio y Ricardo, pero la directiva ha sabido sobreponerse a los contratiempos empezando por hacerse con el punta antes mencionado, que suplirá la ausencia de Lekic. En el apartado de goles contribuirá asimismo Armenteros, que vendrá a pelear por un puesto con él y con Nino, al que quizás se le complica más contar con la vitola de titular. Aunque Osasuna también ha engordado sus prestaciones en otras demarcaciones. El fichaje de Sisi le dará alas por la banda derecha, convirtiéndose en una de las bazas para el técnico de Zaldibar, mientras que en el carril izquierdo la aparición de Nano servirá para alargar metros y propiciar mayor competencia a Oier. En los cuartos traseros aportará Arribas, que junto a Flaño deberían ser los principales escuderos del guardameta, ya consolidado, Andrés Fernández. A todos ellos hay que añadir futbolistas con suficiente veteranía en el club como Lamah, Timor, Kike Sola o Masoud Shojaei.

La reaparición de masoud Este último está dispuesto a reaparecer tras quince meses en el dique seco, cumpliendo su quinta campaña en suelo navarro, en la que pretende dejar atrás ese percance padecido el 3 de abril de 2011, una fractura del quinto metatarsiano del pie izquierdo. Lesión que suele tener de baja a los futbolistas tres meses pero que en su caso se complicó hasta el punto de tener que ser operado en seis ocasiones en Iruñea y Alemania. "Casi lloraba. No era normal. Estaba triste, pero cuando fui a Alemania pensaba que la vida es así y que no podía estar triste. Pensaba en ser más duro, quería vivirlo con normalidad, con los compañeros, familia y amigos", valoró ayer, aplaudiendo cómo Mendilibar se ha portado con él. "No creo que con otro club pudiera tener un sentimiento como aquí", añadió. Por su parte, el míster vizcaino apostará por los jugadores del filial Raoul Loé, Roberto Torres y Manu Onw. Al respecto de los objetivos, también traslada sensatez. "Si tenemos mejor equipo bajando nuestro presupuesto de plantilla no sé cuántos millones de euros somos unos artistas a la hora de hacer el equipo. Cada uno tiene que saber lo que tiene. Yo estoy a gusto con lo que tengo, aunque eso no quiere decir que nos vaya a salir una muy buena temporada", considera. De lo que no tiene duda es del compromiso de sus chavales. "Lo bueno de ellos es que corren, pelean y se dejan la piel, y si lo han hecho en pretemporada creo que en temporada también. Espero que seamos un equipo difícil de ganar", describe, con un ideario táctico meridianamente claro, el 4-2-3-1, susceptible de retoques.

El abogado Miguel Archanco recogió el testigo al frente de la entidad de Patxi Izco, después de que este condujera el timón a lo largo de diez años, destacando en estas primeras semanas de mandato el hecho de haber dejado en 16,5 millones el coste de un plantel que el año pasado era de 22 millones. No es la única novedad que marca el ejercicio osasunista, puesto que el estadio recuperará su antigua identidad, El Sadar, en lugar del Reyno de Navarra, puesto que el Gobierno foral comunicó la retirada de la partida anual de 1,4 millones de euros.

Temor al dinero del athletic En puertas del inicio liguero, donde la Real visitará el domingo al Barcelona, mientras que Osasuna se desplazará el lunes hasta Riazor, hay un temor que se ha apoderado de los respectivos entornos de ambos clubes, el dinero que pueda ingresar el Athletic en el supuesto de que se concreten las salidas de Fernando Llorente y Javi Martínez. No son pocos los que piensan que los bilbainos paliarán esta pérdida con un golpe de efecto dirigido hacia Tajonar o Zubieta, aunque otra historia es creer que ello pudiera reforzar el poderío en manos de Bielsa, a quien siempre le ha gustado un futbolista de las características de Griezmann. Después de que las relaciones del Athletic con la Real alcanzaran un buen tono en las últimas campañas, no puede decirse lo mismo de las que mantiene con la entidad navarra, molesta por cómo varias promesas de la cantera rojilla han optado por desembarcar en las categorías inferiores de Lezama.