LONDRES. La plusmarquista española, con 50 presencias en la selección española a sus espaldas y en su último año en activo, debutó a las 9.30 horas en sus terceros Juegos consecutivos, con la referencia del séptimo puesto de Pekín 2008 como mejor resultado.
La marca de calificación era rigurosa (1,96) pero era previsible que se pasara con menos a la final, tirando de repesca hacia abajo hasta completar el cupo de doce.
La discípula de Ramón Torralbo, su entrenador de toda la vida, es una de las cinco atletas que han saltado este año dos metros o más. Su mejor marca de la temporada es de dos metros justos, sólo dos centímetros por debajo de su récord nacional.
Beitia, de 33 años, renunció a las dos primeras alturas (1,75 y 1,80) para empezar directamente en 1,85, una táctica que entrañaba algún riesgo a tan temprana hora, aunque por primera vez en muchos días el sol calentaba el estadio desde el comienzo de la jornada.
Superó la primera altura al primer intento y se mantuvo infalible con la barra en 1,90 y en 1,93.
Catorce atletas, entre los dos grupos, habían superado los 1,93 metros, de ahí que se desatara una discusión entre las protagonistas, y de éstas con los jueces, para intentar meterse todas en la final, pero el árbitro se mantuvo inflexible. Había que eliminar a dos.
Cuando la rusa la uzbeka Svetlana Radzivil saltó 1,96 y la alemana Ariane Friedrich -campeona mundial en 2009- falló en la misma altura, la competición se detuvo. La selección de doce ya estaba hecha.