Cap d'Agde. Cansado de que constantemente le hagan referencias al dopaje, tema sobre el que odia contestar porque considera que no tiene absolutamente nada que decir, el líder del Tour de Francia, el británico Bradley Wiggins, aseguró ayer que le gustaría publicar su pasaporte biológico para acabar con las sospechas la utilización de sustancias dopantes que se ciernen sobre su persona. "No tengo nada que ocultar, me gustaría publicarlo, pero los médicos me han dicho que eso no serviría para nada, que no probaría que no me dopo", afirmó el ciclista del Sky ante las demandas insistentes en las últimas semanas de que revele sus parámetros sanguíneos. Wiggins señaló que, incluso, en ese caso "para muchos no sería suficiente". "Creo que la mejor prueba será el tiempo. Pienso que la UCI está haciendo un buen trabajo, que hay muchos controles y que hay que seguir en esta línea", afirmó. El líder de la clasificación general también se vio envuelto ayer en la polémica al ser recriminado por Luis León Sánchez al cruzar la meta de Le Cap d'Agde, por haber lanzado al sprint a su compañero Edvald Boasson Hagen, lo que acabó con las posibilidades del ciclista de Rabobank de ganar la etapa. "Lo lamento por él, es alguien que aprecio mucho en el pelotón, pero hoy (por ayer) era un final extraño y yo me debo a mi equipo. No he mirado quién estaba escapado, pero yo tenía que intentar ayudar a Edvald, que me ha dado mucho en la última semana", aseguró. El maillot amarillo añadió que no considera que con ese esfuerzo haya derrochado fuerzas. "Es más o menos el mismo esfuerzo que llegar en el grueso del pelotón, pero es más seguro porque no te arriesgas a quedarte colgado", afirmó.
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