Las noches del Tour son para que los ciclistas duerman a pierna suelta, agotados y fundidos por el calor de julio. Y para que los directores se revuelvan entre papeles y mapas, imaginando el paisaje de la siguiente etapa y doliéndose de los errores de la anterior. A Gorka Gerrikagoitia, un hombre tranquilo, hay pocas cosas que le quiten el sueño. "No me obsesiona lo que pueda pasar al día siguiente, sino lo que ya ha pasado. Soy autocrítico y muy exigente". Las peores noches de su trayectoria como director son la resaca de los grandes errores. O, a veces, de las grandes tardes de ciclismo. "La euforia no me deja dormir. Después de la victoria de Igor en Bilbao no dormí nada". En este Tour, espera, pues, dormir poco y mal. Sería una señal del éxito.
¿Cómo son las noches de un director en el Tour?
Largas y de trabajo. Hay mucho que organizar y preparar. La etapa no acaba en la meta. Pero tampoco me supone mucho estrés. No me vuelvo loco con el recorrido de la etapa del día siguiente. Lo miro y lo repaso sin obsesionarme. Igual que hago con las clasificaciones. Creo que es importe estar al tanto de la situación de los demás equipos y corredores para saber cómo pueden reaccionar al día siguiente en carrera.
¿En el hotel hay que estar detrás de los ciclistas como si fuesen niños?
No, saben perfectamente lo que tienen que hacer. Son profesionales. Funcionamos con una tabla de horarios que está colgada en una de las habitaciones, así que no hay que estar pendiente de ellos.
¿Es de los que se pasa cada noche por las habitaciones para charlar con sus corredores?
No tengo esa costumbre. Cuando era corredor no me gustaba que vinieran a la habitación. Creo que el ciclista tiene que tener su espacio, su momento de respiro. A Miguel (Madariaga) siempre le ha gustado que mantengamos esa comunicación diaria, pero yo prefiero limitar ese contacto a corregir algunas cosas que se hacen mal y, si todo va bien, premiarles de alguna manera con la tranquilidad.
¿Ha dejado de dormir alguna noche por preocupación?
Por preocupación, no. Las noches que peor lo paso no es por el nerviosismo del día siguiente, sino por la situación que se haya podido dar durante esa misma etapa. Soy una persona crítica. Me exijo mucho. Cuando las cosas no han salido bien, el cargo de conciencia es muy grande. Pero también he pasado noches sin dormir cuando todo ha rodado como debía. No me deja dormir la euforia. La última vez que me pasó fue el año pasado en la Vuelta, el día que ganó Igor en Bilbao. Esa es una de las noches que peor he dormido.
Siguiendo con lo de hablar con los ciclistas, ¿hay algo que se le pueda decir o corregir a Samuel?
No hay muchas cosas que decirle durante una carrera. Sabe bien lo que tiene que hacer. Normalmente, se habla del planteamiento antes del Tour. Entonces le pregunto cuál es su idea, su visión. Me gusta escuchar a los corredores y que lleguen a las carreras con una idea sobre lo que quieren o esperan hacer. Les suelo preguntar: "Bueno, ¿tú qué película traes?".
¿Qué película trae Samuel al Tour?
Lo tiene claro. Quiere disputar la general y llegar lo más arriba posible. Sabe que para ello tiene que estar bien en las cronos y luego no fallar en las muchas etapas trampa de montaña que hay en este Tour.
¿Con qué sueña usted?
Hombre, sabemos que tenemos que hacer una buena general, pero la etapa es siempre otro objetivo. Para lo primero tenemos que confiar solo en Samuel; para lo segundo, tenemos nueve corredores, no solo uno.
¿Y vestir de líder no le atrae?
No es Samuel el que más opciones tiene en el equipo de ser líder durante el Tour.
¿A qué se refiere?
Creo que podemos tener opciones de vestir de amarillo. Viendo el recorrido creo que hay alguna etapa durante la primera semana que va a ser clave para luchar por el liderato.
¿Con un ciclista de Euskaltel que no es Samuel?
Eso es. Se trata de pedirles a los corredores que estén en el sitio, nada más.
Entre el equipaje de Euskaltel hay este año unos cascos amarillos que ha preparado Orbea.
Eso es algo que propuso el Tour. Nos dijeron estuviésemos preparados para ese tipo de cosas porque el líder diario de la clasificación por equipos va a tener la opción de vestir a todos sus corredores con el casco amarillo. Nosotros hemos tomado en cuenta esa propuesta.
¿Samuel puede ganar el Tour?
Es difícil que pueda hacerlo. Samuel es un ciclista de enorme nivel pero para que gane se tienen que dar muchas circunstancias a favor. Aunque, sin dejar de ser realista, la ambición de Samuel tiene que ser la de ganar el Tour.
Samuel dice que la ausencia de Contador y Andy perjudica al Tour y al ciclismo, pero también, especialmente, a él mismo. ¿Está de acuerdo?
Sí que le perjudica. Samuel tiene un estilo muy marcado. Siempre espera al último momento, al fallo de los demás corredores. Así corrió el Tour del año pasado, pero en esta ocasión faltan los corredores agresivos que le rompan la carrera.
En 2011 Samuel salió de la primera semana con tres minutos de desventaja y luego estuvo luchando por el podio. ¿Le asustan los primeros días?
La primera semana es complicada, de muchos nervios. Va a haber viento, repechos, emboscadas… Pero en condiciones normales deberíamos llegar a la séptima etapa, la primera de montaña, sin ninguna pérdida salvo los segundos que nos dejemos mañana -por hoy- en el prólogo. En la primera semana solo soñamos con sobrevivir.
¿La confirmación por parte de Euskaltel de que el equipo sigue ha surtido un efecto positivo en el equipo?
Ha servido para correr el Tour con más tranquilidad. Sobre todo, les ha venido bien a los corredores. Creo que hubiese sido muy difícil gestionar un grupo que vive con la incertidumbre del futuro. Durante todo el año, su profesionalidad ha sido ejemplar, pero el Tour es diferente. Yo temía que si no se llegaba con la continuidad asegurada, esto podía convertirse en un gallinero.
Igor González de Galdeano será el próximo mánager del equipo y estos días está de visita en el Tour. ¿Supone eso un respaldo para usted?
Con Igor he trabajado seis años y nuestra relación siempre ha sido buena. Que venga al Tour como invitado de Euskaltel fortalece al grupo.
¿Le ha dado algún consejo?
Nada en particular. Cada uno tiene su papel y el mío ahora es el de dirigir el equipo. Creo que me he hecho valer como director y en ese camino de aprendizaje eterno este Tour supone un test más para mí. Los directores nos sometemos a un examen en cada carrera.
¿Pesa dirigir al equipo en el Tour?
Estoy muy tranquilo. Tengo confianza en el grupo que he traído y ninguna duda de que vamos a ver la mejor versión de Samuel Sánchez, sobre todo, a partir de la segunda semana.