Se ha acabado la época de vacas gordas en la que futbolistas de Segunda B o Tercera División podían llegar a percibir contratos bastante generosos. La desaparición del Montañeros es solo un aviso a navegantes. Peleado con la ciudad que le daba el respaldo (La Coruña), con las instituciones gallegas y con un puñado de empresas patrocinadoras que le dieron la espalda, el equipo ha cesado su actividad. Hace dos años fue rival del Alavés durante su andadura por la Segunda B.