Vitoria. Medios de comunicación -incluida la retransmisión del choque a través de una cadena local-, portadas en los periódicos de la zona, derrota en casa en la primera vuelta... Desde luego vastas diferencias con respecto a los encuentros que comenzaron a disputar bajo el escudo de Araberri hace ocho años los intrépidos amantes de la canasta que decidieron emprender este proyecto desde primera provincial.

"Todos los ascensos los hemos conseguido por nuestros méritos deportivos, ninguno comprando plaza", indica orgulloso Iván Eguiluz. El gerente del segundo equipo de la ciudad se mostraba eufórico por la gesta lograda por el plantel que dirige Iñaki Merino en la tarde del domingo: "Lo daban casi por hecho y perder fue para ellos un pequeño fracaso y para nosotros, una alegría tremenda". Una gesta de proporciones, cuanto menos, reseñables ya que tan sólo tres recién ascendidos a LEB Plata habían ganado la Copa de la categoría.

Satisfacción extensible a todo el plantel y que se antoja incluso más pronunciada en Ander Ortiz de Pinedo, veterano director de juego gasteiztarra y uno de los integrantes de la plantilla con un bagaje más dilatado, merced a su reciente paternidad. El jugador enumeraba todos los obstáculos que se había encontrado su equipo para valorar esta victoria en su justa medida: "Se trata del primer equipo de la liga, el equipo llamado a ascender, creo que tienen el mayor presupuesto, en su campo todavía no habían perdido este año, organizadores de la Copa... Imagínate".

El encuentro, pese al cúmulo de adversidades que acogía, se desarrolló de una manera más plácida de lo previsto. Curtido en mil batallas, Ortiz de Pinedo matizaba que este tipo de choques "nunca son tranquilos pero sí que el equipo se encontró cómodo, ya que se alcanzó una ventaja de hasta 18 puntos y a lo máximo que se acercaron fue a ocho". El Araberri saltaba a pista concentrado como un bloque. "Ha sido el partido más completo que hemos hecho desde mi punto de vista,todo el mundo contribuyó, creo que nadie valoró negativo en la estadística", apuntaba el base vitoriano. Los visitantes arrancaron, pues, con un único objetivo en mente y no tardaron en marcar diferencias, un 0-7 para comenzar. "Ellos empezaron a ponerse nerviosos y nosotros súper tranquilos, jugando a lo nuestro; metimos triples, la zona interior también la atacamos bien, cogíamos rebotes en ataque...", relataba.

Así, el encuentro se decantaba, cada vez con más determinación, hacia el lado alavés. Únicamente en el último periodo, cuando los andorranos se acercaron hasta los ocho puntos, pareció peligrar el trofeo. No fue así, Ortiz de Pinedo hizo gala de veteranía y encontró por dos ocasiones consecutivas a un Jonathan Barceló, mortal desde el 6,75. Después adormeció el partido.

Ahora, cuenta Ortiz de Pinedo, la creciente masa social araberrista pregunta con insidia por un nuevo ascenso, pero ellos lo tienen claro: "Si asciendes, oye, increíble; si no, ¿quién nos va a decir que hemos hecho mala temporada? Estamos en una nube en un momento dulce y hay que disfrutarlo. ¿Hasta dónde llegará? Pues yo qué sé". Ahora sólo queda conocer el techo de un plantel que, parece, puede con todo, aunque como explica Ortiz de Pinedo, quizás el secreto sea no preguntárselo y sólo pensar en el próximo choque.