Barcelona. El Real Madrid mastica su impotencia en la resaca del encuentro de vuelta de los cuartos de final en los que cayó derrotado el miércoles en Barcelona. El equipo de José Mourinho sigue sin encontrar el camino para superar al cuadro culé, a pesar de haber sido en esta ocasión superior y de haber gozado de ocasiones para trastocar la lógica en una eliminatoria que parecía resuelta tras el triunfo de los blaugrana en el Bernabéu. Los jugadores del conjunto blanco trataban de buscar consuelo en la imagen ofrecida, en esa valentía que por primera vez en mucho tiempo les permitió tutear a un rival que se les ha atragantado. Pero como suele ser habitual tras este tipo de compromisos, hay quien mostró ayer poca elegancia en la derrota. Es el caso, por ejemplo, de Sergio Ramos, que cargó en sus declaraciones contra un compañero de selección como Busquets, al que acusaba de fingir en la acción que supuso la segunda amarilla del defensor andaluz.

Ramos se felicitó de que el club blanco vaya a recurrir ante el Comité de Competición la segunda amonestación que recibió en el clásico. El camero vio la segunda amarilla en el minuto 87 por, según el acta, "disputar el balón a un contrario con el brazo en alto de forma peligrosa", en una acción en la que Sergio Busquets se queja de que le golpeó en la cara (como por otra parte confirman las imágenes de televisión), pero que Ramos niega. "Me alegra que el club recurra mi segunda tarjeta amarilla, porque, a pesar de que algunos no paren de revolcarse, ni le toco", señala en su cuenta de twitter, censurando el comportamiento de su compañero de selección.

En otra línea más conciliadora se mostró el capitán del Real Madrid. Iker Casillas quiso pasar la página de la eliminación del equipo blanco en la Copa del Rey, en cuartos de final ante el Barcelona, y escribió en su cuenta de facebook que "caer está permitido, levantarse es obligatorio". Casillas mira al futuro con optimismo, centrándose en ganar Liga y Liga de Campeones, y pide al madridismo que olvide la Copa. "Hay que olvidar la Copa del Rey. Hay que levantarse y pensar en el partido ante el Zaragoza. Ahora debemos luchar por mantener la ventaja en la Liga y afrontar los octavos de final de la Champions League", aseguró.

En Barcelona, donde la resaca resultó evidentemente mucho más dulce, la atención se centraba ayer en la enfermería. Y no llegaron buenas noticias. Andrés Iniesta vuelve a las andadas con sus problemas musculares. El centrocampista albaceteño, que se retiró en la primera mitad del choque del miércoles, ha vuelto a caer lesionado. Una baja importante para el Barça.

Iniesta deberá estar de baja alrededor de tres semanas a causa de una nueva rotura en el bíceps femoral de la pierna izquierda, según confirmaron ayer los servicios médicos del club. Se trata de la tercera lesión de Iniesta en los dos últimos meses y el undécimo problema físico en el mismo músculo que han sufrido los barcelonistas en la presente temporada.

Iniesta es el que más perjudicado ha salido con las lesiones en los últimos meses, puesto que se lesionó ante el Milan (13 de septiembre) y estuvo un mes de baja por otra rotura del bíceps femoral. Después permaneció ocho días inactivo en noviembre por "una contusión muscular en la zona izquierda", dos semanas de baja en diciembre por otra rotura en el bíceps femoral (ante el Hospitalet), además de la lesión de anoche que le impedirá jugar durante las próximas tres semanas.