donde había duda ha brotado la certeza. Las críticas han cedido espacio a las alabanzas y los que escupieron al cielo, que fueron muchos, han acabado por mojarse. Ricky Rubio se ha convertido en una de las grandes sensaciones del arranque de esta atípica temporada de la NBA. El base catalán, a quien la afición de los Timberwolves aguardaba con ansiedad, se ha sacudido los complejos que pueden acechar a cualquier novato y ha firmado varias actuaciones que han bastado para despertar la unanimidad entre los aficionados y los críticos de la prensa estadounidense, que ya ven en el jugador formado en la cantera del Joventut a un futuro all star.
Así lo atestiguaba ayer la web oficial de la NBA, uno de los portales de información con más visitas del planeta, donde una encuesta cuestionaba a los internautas por las posibilidades que concedían al jugador del Masnou de participar en un futuro en el partido de las estrellas. Los resultados resultaban rotundos: más de un 76% se dejó llevar por las excepcionales sensaciones que ha arrojado en sus primeros partidos con la camiseta de Minnesota. En realidad, la visión de los aficionados se encuentra muy próxima a la de los expertos. De costa a costa, los periodistas especializados más prestigiosos se han rendido a Ricky.
"Ahora entiendo todo el jaleo que había en torno a su figura, entiendo a los ojeadores que volvían emocionados de Europa estos últimos años", escribió Peter Vecsey, una de las firmas más reputadas en cuanto a baloncesto estadounidense se refiere, en el New York Post tras la monumental exhibición del catalán en el duelo ante los Heat, en el que sumó su primer doble-doble (12 puntos, 12 asistencias y 6 rebotes) y condujo a su equipo a un final ajustado en el que a punto estuvo de tumbar al conjunto liderado por Lebron James, Dwyane Wade y Chris Bosh.
El propio Lebron fue uno de los primeros en subirse al carro de los admiradores. "Este chico sabe cómo pasar la bola", escribió The chosen one en su cuenta de Twitter cuando concluyó el encuentro que supuso el estreno del base en la liga estadounidense. Fue ante los pujantes Thunder de Kevin Durant y Russell Westbrook y los Wolves cayeron derrotados (104-100), algo bastante habitual en los últimos tiempos, aunque esta vez ofrecieron una imagen bien distinta a la que tenían acostumbrada a su hinchada.
la mutación de los wolves La llegada de Ricky ha provocado una espectacular mutación en la franquicia de Minnesota. El peor equipo de la pasada campaña -sólo logró 22 victorias en los 82 partidos de la fase regular- ha ganado en brillo y futuro. Se ha transformado en un conjunto atractivo para el espectador, sobre todo cuando el catalán pisa el parqué. En los tres primeros duelos de esta abreviada campaña dieron la cara, aunque hincaron la rodilla, incluso ante rivales que pelearán por el anillo como los Heat y los Thunder. Pero lo mejor estaba aún por venir. El Target Center, que hacía muchos años que no registraba los llenos que está presentando este año -seguramente desde la época en la que Kevin Garnett era el jugador franquicia-, pudo disfrutar del primer triunfo de la temporada la noche del domingo. La víctima no podía resultar más apetecible: los Mavericks de Dirk Nowitzki, los defensores del título, claudicaron ante esta nueva versión de Minnesota, que carbura al ritmo que marca Ricky.
Arropado por dos de los pesos pesados de la plantilla, Kevin Love y el recién llegado Juan José Barea, y por un técnico curtido en mil batallas como Rick Adelman, que lo mantiene como reserva pero le concede más minutos y protagonismo que al titular Luke Ridnour, Ricky ha abandonado en algún punto del Atlántico al jugador apagado y dubitativo que tantas críticas recibió en su última campaña con el Barça. Incluso en su lanzamiento exterior, faceta que debe aún trabajar, está brillando en este arranque de la temporada. En un equipo sobrado de juventud y músculo, él pone el talento. Y en las Twin Cities se ha vuelto a hablar en clave de baloncesto. La afición del Target Center se rinde a Ricky. "Rubio, Rubio...", corean desde la grada. Y esto es sólo en principio.