Pamplona. Juan Martínez de Irujo completó ayer un nuevo entrenamiento en el frontón Bizkaia de Bilbao, escenario de la final del Cuatro y Medio de la LEP.M en la que, en principio, se enfrentará a Aimar Olaizola el próximo 4 de diciembre. Sin embargo, el delantero de Ibero evidenció tras su sesión preparatoria que todavía le quedan dudas acerca de la fecha definitiva de la final, aplazada ya una semana por la fisura que sufre Aimar en el dedo corazón de su mano izquierda, dolencia de la que parece estar teniendo más problemas de los previstos para recuperarse lo más satisfactoriamente posible.

Irujo volvió a mostrarse comprensivo con su rival (aunque también compañero de profesión), pero también reveló vivir en un permanente estado de ansiedad por todo lo que está ocurriendo. "Si hay que retrasar más la final, me parece bien", explicó el delantero de Ibero, "pero, si van a retrasar, lo tienen que decidir ya", añadió. "No pueden tenerme a mí y a todo el mundo tomando decisiones de semana en semana. Desde el primer día ya dije que me daba igual jugar el día 4 de diciembre, el 11 o cuando sea, pero quiero que se diga ya. Ahora todos estamos cambiando nuestros planes y, aunque el que más sufre es Aimar, eso por supuesto, si tienen que cambiar algo, que lo hagan ya", concluyó el campeón de la última edición de la jaula.

Buenas sensaciones En lo que a la comprensión se refiere, Irujo insistió en que Aimar es el más perjudicado por la situación. "Seguro que a él se le estarán haciendo los días más largos mirándose el dedo todo el rato. Pero no queda otra, hay que tomárselo así". Y en su caso, Irujo añadió que "seguiré intentando mantener la chispa". Es lo que procuró hacer el pasado viernes por la noche en Estella, donde disputó un duelo de parejas del que salió bastante satisfecho. "Hice un buen partido, la gente se lo pasó bien y me salieron las cosas. Casi todo lo que intenté me salió bien, con pocos fallos. Más no se puede pedir". Y ayer le ocurrió otro tanto. Se ejercitó con Aritz Lasa y tuvo buenas sensaciones. Ahora su plan se centra en completar otro entrenamiento antes de la elección de material y pensar en la final. Eso sí, siempre que no varié la fecha del 4 de diciembre.

Sobre la lesión de Aimar, Irujo dijo que "no tengo ni idea de cómo está. Algo me cuentan, pero no sé si será del todo cierto. Él es el único, junto a los médicos, que sabe cómo tiene el dedo y también es normal que no enseñe sus armas si tiene que jugar el día 4 de diciembre".

Las roturas de Irujo Rescató también el delantero de Ibero algunas vivencias personales similares a las del goizuetarra. "El meñique me lo he roto cuatro veces; el dedo de al lado, otra; e incluso en 2005 jugué el mano a mano con un dedo partido. Me rompí el dedo entrenando un lunes con Xabi Galarza y el domingo siguiente tuve que jugar contra Asier Olaizola. A la final también llegué con el dedo mal y tuve que jugar, pero perdí contra Aimar. Es muy doloroso, muy difícil, pero, si sale a jugar, lo hará con todas las consecuencias".

Irujo reveló que no variará su estrategia de partido, ya que le da igual la lesión de su rival. "Iré a buscar mi juego. En el frontón de Bilbao, con el saque a pared izquierda haces mucho daño, pero, si tengo que entrar al gancho, no me lo voy a pensar dos veces el abrir la pelota al ancho. Jugaré como si Aimar estuviera perfecto. Y si él sale a jugar, seguro que lo hará bien. No me quiero obsesionar", concluyó.