Tras perder la final de Tokio el pasado domingo ante el británico Andy Murray, Nadal reapareció en el torneo shanghainés en el que fue finalista hace dos años, y uno de los tres, junto con Cincinnati y París Bercy, de esta categoría, que falta aún en su palmarés.
El de Manacor (Mallorca) superó a García López, su verdugo en las semifinales de Bangkok en 2010, con un juego muy agresivo, queriendo desquitarse del sabor de la derrota en la capital nipona, donde encajó un severo correctivo al perder por 3-6 6-2 6-0 contra Murray ganando únicamente cuatro puntos en el último parcial.
También necesitaba olvidar el castigo que "Guille" le infligió en la capital tailandesa el año pasado, en un partido que el de Manacor calificó como "el más extraño" que ha perdido en su carrera y especialmente doloroso porque era el primero después de ganar el Abierto de EE.UU.
Por la mente de Rafa pasaron las imágenes de aquella derrota frustrante en Bangkok. "Estaba con un set arriba y tuve 20 o 25 puntos de rotura en el segundo set. Lo perdí y eso se te queda en la cabeza para el siguiente encuentro", dijo. "Hoy me ha pasado lo mismo en los primeros juegos, hasta que por suerte se ha roto el hielo y he podido hacer la rotura", añadió.
Murray, precisamente acudió a la pista a presenciar los últimos juegos del partido entre Rafa y Guillermo, cuando ya sabía que su rival, el ruso Dmitri Turnsunov, se había retirado debido a una lesión, por lo que el escocés pasó ronda sin jugar, y mañana saltará a la pista contra el suizo Stanislas Wawrinka. Nadal, por su parte, se enfrentará contra el alemán Florian Mayer.
A falta del partido entre Feliciano López y el estadounidense Alexander Bogomolov, ya hay cuatro españoles colocados en la tercera ronda (Nadal, David Ferrer, Juan Carlos Ferrero y Nicolás Almagro, este último desde ayer martes), todos ellos en la misma parte del cuadro.
Ferrero y Ferrer protagonizarán un nuevo duelo fratricida al vencer el primero a Fernando Verdasco (4-6, 6-3 y 6-2) y el segundo al canadiense Milos Raonic, por tercera vez en lo que va de temporada (7-5 y 7-6 (2).
Juan Carlos, que viene de disputar los cuartos de Pekín, vive una etapa sin complicaciones, limpio de las lesiones que le han privado este año actuar con regularidad, y se encuentra motivado y dispuesto a encarar la próxima temporada con ilusión, sin fantasmas de retirada a sus 31 años.
"Cuando empiezas a jugar y ves que vas fastidiado no coges el ritmo. Ahora que me veo bien y estoy fresco mentalmente", dijo a EFE, "así que ahora a intentar acabar el año lo más arriba posible y encarar la nueva temporada con expectativas".
"Me encuentro muy bien y la victoria de hoy es importante porque últimamente siempre me había ganado", añadió sobre su triunfo ante Verdasco.
Para que Ferrer no se clasificase por tercera vez para la Copa Masters tendría que producirse casi un cataclismo, ya que figura quinto en la lista para Londres, y dos de sus perseguidores han caído ya en Shanghái.
El estadounidense Mardy Fish lo hizo ayer martes ante al australiano Bernard Tomic, y hoy el francés Jo-Wilfried Tsonga, agotado mentalmente, sucumbió ante el japonés Kei Nishikori, 47 del mundo, por 6-7, 6-4 y 6-4, un resultado que también favorece a Nicolás Almagro.
Ferrer encara el próximo encuentro contra Ferrero, con algo de pena. "Nos conocemos mucho y es mi mejor amigo del circuito", señaló. "Será un partido de mucho ritmo, duro y que gane el mejor", añadió el de Jávea (Alicante) que viene de hacer cuartos en Pekín.
El que no pudo continuar con su excelente actuación en Shanghái fue el español Albert Ramos, que después de haber salido de la fase previa, y ganar primero al croata Marin Cilic, sucumbió, algo cansado, ante el virtuoso ucraniano Alexander Dolgopolov, por 5-7, 6-3 y 6-2.
El checo Tomas Berdych, ganador en Pekín y también en la lucha por Londres, se deshizo de su compatriota Radek Stepanek por 6-4 y 6-3 en 77 minutos.
Una de las sorpresas la proporcionó el colombiano Santiago Giraldo que noqueó al austríaco Jurgen Melzer, 14 favorito, por 4-6, 6-4 y 7-6 (5) en dos horas y 23 minutos.