bilbao. La presentación oficial del Giro de Italia 2012 no se sucederá hasta el próximo domingo en Milán. No obstante, la publicación Tuttosport ha adelantado el recorrido "casi definitivo" de la ronda italiana, que dará comienzo el 5 de mayo y que se prolongará hasta el día 27 de dicho mes. El Giro albergará en su trazado tres contrarrelojes, en la primera, la cuarta y la vigésimo primera etapa. Como anécdota, habrá una etapa de casi nueve kilómetros en Dinamarca. Pero lo más destacado es que, previsiblemente, la corsa rosa se decidirá en los Dolomitas, con tres finales seguidos en Cortina, Vedelago y Alpe di Pampeago a los que dará continuidad la etapa reina del próximo Giro, la que tiene en su perfil el Mortirolo y la meta está en el Stelvio en la anteúltima jornada. Esto será una caprichosa traca final, una última semana que se antoja épica cuando las fuerzas flaquean. Si la edición de 2011 se clasificó de dura, esta previsiblemente lo será más.
La décimo séptima etapa discurrirá entre Falzes y Cortina, contando con los puertos de Valparola, Duran y Giau. La siguiente etapa separa San Vito Cadore de Verdelago. La décimo novena unirá Treviso con Alpe di Pampeago, justo antes del gran día, de la bestialidad que transcurre desde Caldes hasta el Passo dello Stelvio, una azotea situada a 2.800 metros de alzado. Si bien, el pelotón previamente deberá superar Tonale, Aprica, Teglio y el mítico Mortirolo. Unidos suman cerca de 5.000 metros de desnivel en una etapa reina que se antoja decisiva.
Para sumar alicientes, los organizadores de la grande italiana cedieron a los seguidores la configuración del trazado de la etapa reina. El resultado es, quizá, la etapa más dura de la historia con sus 218 kilómetros y los pasos por el Mortirolo (11,4 kilómetros al 10,4% de media, con máximas del 21%) y el Stelvio (22,4 kilómetros al 6,9% de pendiente media y 12% de registro máximo), puerto este que no acoge un final de etapa desde la edición de 1975. Y es que será la llegada más alta desde ese año.
Para la elección, los aficionados recurrieron a la memoria y el morbo de la misma. En 1965 se desencadenó tal nevada que hizo que cientos de voluntarios se pusieran a quitar la nieve con sus manos y pies para permitir el desarrollo de una etapa que venció Graziano Battistini. Más adelante, en 1972, Galdós y Fuente sirvieron allí un gran espectáculo que se saldó con triunfo del último. Galdós, en 1975, se cobró la revancha tras vencer a Battistini. Son los únicos tres finales que ha visto el segundo puerto más alto de Los Alpes.
Por último, el Giro terminará con una contrarreloj individual, a priori no muy extensa, con salida y llegada en Milán.