Duración: 63 minutos de juego.

Saques: 3 de Berasaluze VIII.

Pelotazos: 388 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 4 de Titín, 12 de Berasaluze VIII y 2 de Begino.

Errores: 2 de Titín, 3 de Zubieta, 4 de Berasaluze VIII y 6 de Begino.

Marcador: 1-0, 1-1, 2-1, 2-2, 4-2, 4-4, 4-5, 5-5, 6-5, 6-6, 8-6, 8-8, 8-9, 9-9, 9-12, 10-12, 10-16, 13-16, 13-20, 17-20 y 17-22.

Incidencias: Gran entrada en el Adarraga de Logroño el día de San Mateo.

VITORIA. Engrasó su musculatura Aritz Begino lo suficientemente pronto para no volver a caer en San Mateo; también lo hizo Pablo Berasaluze. El tándem de los indomables pelotaris, triunfadores en Aste Nagusia y finalistas en Lekeitio, sufrió una derrota demasiado amplia en la primera jornada de la feria logroñesa, en la que Aimar Olaizola y Mikel Beroiz arrasaron sin paliativos ante unos Pablo y Aritz sin chispa ni golpe. Acorralados ante tamaña afrenta, el vizcaino y el de Autza, resolutivos ambos, geniales también, desplegaron juego y ganas ante la última oportunidad de resarcirse de un verano bueno, que no acabará con el broche de oro del trofeo de San Mateo. Y es que la imagen del primer duelo fue demasiado pobre para el nivel de los dos manistas, a quienes ya les ha tomado la medida en la temporada estival el ciclón goizuetarra, capaz de tumbarles desde Lekeitio hasta Logroño; por lo que tanto Pablo como Aritz salieron a derrumbar la atalaya más grande de toda la feria riojana: Titín III, ídolo local, impulsado en un Aitor Zubieta, pegador y sin ningún tipo de piedad.

Así reinó Pablo, ante la adversidad, ante la conciencia de que el triunfo le acarreaba un sabor de boca más dulce. No en vano, el verano claudica y esta semana se baja el telón de los torneos estivales para dar el paso definitivo a la temporada de los grandes campeonatos, previo paso por el Torneo Nitro; pero el caso es que el Cuatro y Medio ya está aquí, a la vuelta de la esquina -previsiblemente iniciará su camino la primera semana de octubre-, y las sensaciones son demasiado importantes. Rugió entonces Pablo, apoyado por un Begino de menos a más, que destacó una vez que engrasó el estárter, para deslumbrar en el remate, en el sacrificio y en el despliegue. Mostraron empaque Titín y Zubieta, sí, pero fueron demasiadas las esperanzas puestas por los azules como para desperdiciar la ocasión. El fantasista delantero de Tricio volvió a machacar con sus capacidades cerca del frontis, pero las dudas a mitad de partido le sepultaron, con toda la afición coreándole. Mientras, Pablo se sacaba la espina a su costa.