VITORIA. Después de más de tres décadas de ausencia, la Vuelta a España vuelve a pasar este año por las carreteras de Euskadi. Ayer ya tuvo una primera toma de contacto con la salida en Oion, pero el plato fuerte se producirá el fin de semana con las llegadas del viernes y el sábado en Bilbao y Vitoria respectivamente. Pese a que, teniendo en cuenta la exigua diferencia que separa a Juanjo Cobo y el británico Froome en la clasificación, el vencedor final de la ronda se va a decidir en esas jornadas, no es ese el asunto que centra las conversaciones txirrindularis.

Y es que la principal preocupación de unos y otros en estos momentos tiene bastante poco que ver con el desenlace deportivo de la competición. Más bien al contrario, se centra en la vertiente social. Porque lejos de dejar el protagonismo a las bicicletas, son las banderas las que se han adueñado de la carretera. Las que defienden como absolutamente apropiado y normal el regreso de la ronda española a Euskadi y las de quienes lo consideran una afrenta y una provocación. Estos últimos llevan tiempo manifestando públicamente su absoluto rechazo y su intención de ponerla de manifiesto, lo que ha hecho que aumente el temor a posibles incidentes durante el fin de semana.

En la jornada de ayer, ambos posicionamientos volvieron a ratificarse en sus respectivos idearios, aunque, eso sí, entreabrieron la puerta a una convivencia pacífica de ambos puntos de vista. De esta manera, los partidos integrados en Bildu (EA, Alternatiba e izquierda abertzale) y Aralar aseguraron que mostrarán con "responsabilidad y respeto" su rechazo a la presencia de la Vuelta en el País Vasco, pero recalcaron que "en ningún caso" se plantean boicotear la prueba.

Los representantes de la izquierda abertzale Miren Lergorburu y Tasio Erkizia; de Alternatiba, Oskar Matute; de EA, Joseba Gezuraga y Elena Gartzia; y de Aralar, Jon Iñarritu, hicieron público un comunicado en el que emplazaron a la ciudadanía a participar en las concentraciones de rechazo convocadas para mañana en la frontera entre Cantabria y Bizkaia y en Bilbao, y el sábado en esta misma ciudad y en Vitoria.

"Teniendo en cuenta la situación política que vive Euskal Herria es tiempo de participar y, por ello, al paso de la Vuelta actuaremos con responsabilidad y respeto, pero a la vez, reivindicando que estamos a favor del ciclismo, en contra de imposiciones y que Euskal Herria es una nación", señalaron.

Además, denunciaron que el regreso de la Vuelta a Euskadi tras 33 años de ausencia obedece a una "estrategia diseñada por el PP y el PSE de reafirmar que Euskal Herria forma parte de España" y criticaron que ambas formaciones "están utilizando el deporte" con el objeto de "encaminar a nuestro pueblo en un proceso de españolización".

La otra cara de la moneda estuvo representada por el consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo Ares, que mostró su deseo de que "impere la sensatez" entre quienes se oponen al paso de la ronda ciclista por las carreteras vascas. En este sentido, recordó éste es un "acontecimiento deportivo que despierta gran interés entre gran parte de la ciudadanía vasca" y que la Ertzaintza va a cumplir con su obligación de que el evento discurra con "normalidad".

Posibles sanciones. El consejero advirtió a quienes se oponen a este regreso de la Vuelta que deben ajustar sus muestras de desaprobación a las leyes, porque si tratan de interferir el desarrollo normal de la carrera se aplicará "con la máxima dureza" la normativa, como la ley contra la violencia en el deporte que contempla sanciones de entre 60.000 y 650.000 euros. Ares, que no descartó la aplicación de otras leyes "si fuera el caso", explicó que la Ertzaintza también va a encargarse del desarrollo de la prueba con 40 agentes motorizados que abrirán la marcha del pelotón por las carreteras vascas. Por último, hizo un llamamiento a la ciudadanía en su conjunto para que colabore con el normal desarrollo de las etapas que transcurrirán por la comunidad autónoma. A partir de mañana, quedará claro si las bicicletas son capaces de ganar el pulso a las banderas o viceversa.