Jorge Lorenzo probó ayer la moto de 1000 cc en el circuito de Misano. Las pruebas han sido parecidas a las que en agosto llevaron a cabo varios pilotos en el circuito checo de Brno, con menos cambios en la moto. El piloto ha confesó sentirse "emocionado" por los progresos de la moto, y confía en poder competir con ella en el futuro.