Vitoria. Frío. Mucho frío. La mañana era gélida. Pasadas las ocho, el día invitaba a cualquier cosa menos a meterse en el agua del pantano de Landa. "Pensaba que se iba a poner a nevar de lo congelado que estaba. Nunca he visto algo así en pleno mes de julio", señalaba un alucinado y a su vez eufórico Miguel Blanchart tras proclamarse campeón de España de triatlón de media distancia.
El catalán estaba en las quinielas al título. Eso sí, no era el máximo favorito. Los pronósticos apuntaban a Peru Alfaro. Sin embargo, el guipuzcoano no tuvo ayer su día y, ya muy descolgado del grupo de cabeza tras sufrir problemas en el tramo de bicicleta, se vio obligado a abandonar durante la carrera a pie.
La victoria se la iban a jugar dos catalanes, Richard Calle y Miguel Blanchart. El primero, tras un soberbia transición en la prueba de bicicleta, afrontó los últimos 21 kilómetros de carrera a pie con una cómoda ventaja cercana a los dos minutos. Sin embargo, de nada le valió.
Blanchart empezó a remontar. Su carrera a pie fue espectacular y ya para el kilómetro nueve se había puesto en cabeza, un liderato que ya no soltaría. De hecho, su poderío en el atletismo le permitió disfrutar de su triunfo ya que llegó a meta con más de dos minutos de margen.
Este licenciado en Educación Física de 27 años confirmó en Vitoria la buena progresión que lleva en estas últimas temporadas. El de Sabadell, séptimo este año en la prestigiosa prueba de Zarautz, ya fue tercero el año pasado en el Campeonato de España de Larga Distancia y cuenta con varios podiums en la distancia olímpica, además de con un triunfo en Aritzaleda. Va a más. Ahora, su siguiente reto es dar el salto al Ironman. Su actuación ayer en Vitoria le puede servir de aval.
Calle, por su parte, se tuvo que conformar finalmente con la segunda plaza. Al menos, el barcelonés, sexto el pasado año en el Europeo de Larga distancia y segundo este curso en la prueba de Arinaga, pudo conservar el segundo cajón del podio ante el acoso de Aimar Agirresarobe, que en una carrera de menos a más pudo subir al cajón gracias a su excelente tramo final de carrera, donde hizo valer su buen hacer en la modalidad de atletismo. El exjugador del Tolosa debutaba en un Campeonato de España y lo hizo a lo grande, ya que pese a salir muy rezagado del agua y con más de minuto y medio de desventaja con seis competidores, consiguió remontar hasta colarse en el tercer puesto del cajón.
SALETA CASTRO SUPO REGULAR Por su parte, el gasteiztarra Iván Gil se hizo con el triunfo en la prueba para la categoría sub'23 con un crono de 4h 9m 46s, registro que le hubiese servido para entrar en el top ten de la prueba élite. Por otro lado, en la categoría femenina Saleta Castro cumplió los pronósticos y se hizo con la victoria, pese al temor y el respeto que le daban dos triatletas tan veteranas y de calidad como la navarra Ana Casares y la vizcaína Inma Pereiro, que acabaron finalmente en segunda y tercera posición.
La de Pontevedra fue la mejor de las tres en la natación y llegó la primera a la carrera a pie con una cómoda renta que supo conservar. "Tenía miedo, ya que era una prueba muy larga, son muy veteranas, yo sólo tengo 23 años y nunca sabes lo que puede pasar por lo que al final he ido regulando", señaló. Le salió bien. De hecho, llegó con un margen de más de cinco minutos sobre sus principales rivales. Feliz, pero reivindicativa. A la gallega no le sentó bien que en una prueba de la Federación los atletas de élite tengan que pagar 130 euros de inscripción y mostró su queja públicamente.
Caliente también llegó Pereiro, quien no acabó muy contenta con los jueces, ya que la penalizaron por ir a rueda, algo que consideró "injusto", ya que a su modo de ver no fue así y la acabó lastrando. "Me han obligado a parar cinco minutos, cuando estaba a más de doce metros de la bici de delante. No ha sido justo. Me han sacado de carrera y ya así era muy difícil", se lamentó la triatleta del SVC.