Argentina está sedienta de títulos. Solo los dos últimos oros olímpicos, en Atenas y Pekín, han permitido a la albiceleste cantar victoria. Pero, en lo que a fútbol se refiere, los Juegos suponen un premio menor. Además, la selección fracasó estrepitosamente hace un año en el Mundial de Sudáfrica. Y tres veranos atrás, perdió la final de la Copa América ante una versión B de Brasil. Dos golpes muy duros. En estas, llega ahora una nueva edición del torneo continental, en la que, encima, Argentina ejerce de anfitriona. La ocasión es única. Pero esta semana, en la patria de Maradona, casi ni se ha hablado del partido contra Bolivia que esta noche abre el fuego (21.45 horas). El descenso de River Plate ha centrado todas las conversaciones... aunque cuando el balón eche hoy a rodar, Argentina cambiará de tema.
Lo hará para centrarse en un torneo que tendrá a los suyos como lógicos favoritos, pese a que persisten en el equipo ahora dirigido por Sergio Batista los mismos problemas de siempre, aparentemente inamovibles. Porque la delantera albiceleste da miedo: Messi, Agüero, Lavezzi, Milito... Pero el problema en el centro del campo persiste. Pastore es un buen mediapunta, pero necesita algún jugador creativo que le surta de balones. Y ahí reside la principal carencia argentina.
Tratará de aprovechar los déficits albicelestes una selección brasileña que afronta la cita con una tarjeta de visita diferente a la de anteriores ediciones. La canarinha, que acostumbraba a dar descanso en la Copa América a algunos de sus mejores activos, viaja ahora a Argentina con una selección titularísima. Y lo hace por dos motivos. Primero, porque los dos fiascos mundialistas recientes le obligan a aumentar su palmarés cuanto antes. Y segundo, porque dichos fracasos han llevado a la selección a un relevo generacional que ya se ha puesto en marcha, con vistas a la cita como anfitriones en 2014. A las órdenes de Mano Menezes estarán futbolistas como Pato, Robinho, Neymar o Ganso.
las otras opciones
Uruguay, Chile y Paraguay
El fallo de las favoritas se antoja poco probable, sobre todo disputándose el torneo en Argentina. Pero el recuerdo del pasado Mundial salpica el panorama de sólidas candidaturas al cetro continental. Encabeza el grupo de outsiders Uruguay, que mantendrá gran parte del bloque que firmó una notable cuarta plaza en Sudáfrica, con el técnico Tabares a la cabeza. También causó buena impresión en el torneo mundialista Paraguay, combinado que, al igual que Uruguay, tendrá continuidad en el banquillo, en este caso con el argentino Martino.
En un tercer escalón, aparecen los combinados de Chile y México. El primero sedujo a todo el mundo del fútbol con el juego que practicó con Bielsa en el banquillo, pero habrá que ver cómo sienta al equipo del realista Bravo el relevo por Borghi en la dirección del equipo. México, por su parte, acude con un equipo muy joven, pero con talento.
Completan la nómina de participantes, con muchas menos opciones que el resto, Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela y Costa Rica. Esta última selección sustituye a Japón, que renunció al torneo tras el terremoto y el tsunami que asolaron el país.
Leo Messi sonríe durante un entrenamiento de la selección argentina. Foto: efe