dopaje 'caso heras'
La Vuelta de 2005 vuelve a empezar
alain Laiseka
vitoria. Con la misma naturalidad y serenidad que hace unos meses habló para este periódico en una breve visita, un discurso alejadísimo de la crispación o el resquemor, vital y positivo -"sufrí, pero llegó un momento en el que me dije a mí mismo que era muy feliz siendo quien era y que si no podía volver a correr no pasaba nada. Entendí que la vida seguía igual. Mejor, incluso. Y pasé página"-, Roberto Heras (Béjar, 1974) recibió ayer la noticia que ya, seis años después, no esperaba y que le libera de la sanción por dopaje en la Vuelta a España de 2005, que perdió tras haber ganado y acabó ganándola Menchov, que la había perdido aquella tarde maravillosa de ciclismo camino de Pajares.
"Estoy satisfecho a nivel personal y deportivo", dijo escuetamente el bejarano al conocer que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha anulado la resolución del Comité Nacional de Competición y Disciplina Deportiva de la Federación Española de Ciclismo, que castigó su supuesto positivo por EPO en la última crono de aquella edición de la ronda española con la pérdida de la carrera y dos años de sanción. En junio de 2006 la Vuelta anunció como nuevo ganador al ruso Menchov después de que el Comité español de Disciplina Deportiva (CEDD) no admitiera el recurso de Heras a la resolución.
Envarado, sin dorsal, el bejarano proclamó su inocencia y siguió luchando por demostrarlo por vía judcial. Una primera sentencia de la sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Castilla y León desestimó la apelación del corredor que apelaba a sus derechos fundamentales. Hubo un segundo recurso. Empezó a rodar por los despachos del tribunal castellanoleonés en una carrera que se intuía larguísima mientras Heras trataba de cerrar la brecha con la tirita de la esperanza. Siguió entrenando pensando en volver a correr. Tenía 31 años y regresaría con 33.
No se imaginaba lo que ocurrió. Cumplida la sanción de dos años, el 17 de septiembre de 2007 volvía a estar en el mercado. Pero nadie le pudo fichar. Fue lo que peor llevó. No comprendía lo que pasaba o, en realidad, no era capaz de tolerar la injusticia que imperaba entonces, pues a los ciclistas sancionados por dopaje, dos años, les esperaban otros dos en la sombra, estos encubiertos, según dictaba el Código Ético, una norma que Heras creía desigual. Era ambigua e injusta. Para unos valía y para otros, no. Al bejarano, marcado como un proscrito, se le aplicó sin piedad. Cumplió la sanción. Y, roto y vacío por dentro, fue masticando lentamente y con amargor aquella realidad que le decía que jamás volvería a colocarse un dorsal. Un día se despertó por la mañana y comprendió que la vida seguía. Y luego supo que era feliz. "Ahora", reconoció a DEIA el pasado febrero, "estoy en la misma condición física que entonces, pero anímicamente me encuentro a otro nivel: soy feliz con mi vida, haciendo lo que hago -vive en Barcelona donde cuidad de sus dos niñas, compite en pruebas extremas de mountain bike y tiene una empresa de preparación física, Heras Training System-. El pasado ya no es una losa para mí".
Apelación Y, si lo fuera, pesa menos desde ayer, bastante menos, porque la sentencia tiene valor de restitución moral y económica y se fundamenta en que se debe acreditar que la supuesta conducta dopante del deportista alteró el resultado de la competición. Incide, además, en que hubo un defecto de forma e irregularidades en el transporte y custodia de la muestra.
La sentencia absolutoria será recurrida ante el Tribunal Supremo por la Federación Española de ciclismo y el Consejo Superior de Deportes, que la consideran una barbaridad que hace tambalearse los cimientos de la Agencia Mundial Antidopaje. Javier Guillén, director de la Vuelta, anunció ayer que ellos harán lo que dicten los tribunales. "Si hay que devolverle la Vuelta a Heras, se hará", dijo. La Vuelta de 2005, de todos modos, vuelve a empezar y su recorrido puede ser larguísimo. El caso se alargará durante años.
Roberto Heras, en una reciente visita. Foto: Pablo Viñas
La Federación Española y el CSD recurrirán al Supremo la absolución por lo que el caso se puede alargar por años
"Estoy satisfecho a nivel personal y deportivo", dijo Roberto Heras al conocer la resolución que le exculpa