Vitoria. Decía Fernando Vidarte, máximo responsable de Aspe o "el jefe", como le nombró Yves Xala el lunes en Irun, cuando el Parejas claudicaba y Abel Barriola, tras jugar un mes con la muñeca destrozada y varios ligamentos rotos, que "la situación de la empresa es crítica. Necesitamos la final para aliviarla y responder a nuestros compromisos a final de mes" al Diario Vasco. Enviaba esas declaraciones cargadas de intenciones tras descabezar el descorche en materia de finales del frontón Bizkaia. Las sentencias del mandatario unían el salario de final de mes del personal con la decisión tomada por la Liga de Empresas, que evitaba la espera de una semana al leitzarra, fiel y honesto pelotari con una hoja de servicios impoluta en su trayectoria en la élite, y colocaban a Mikel Beroiz junto a Xala en la batalla por la txapela. Murieron, entonces, la lucha por el pelotari y la oportunidad de hacerse el zaguero con el entorchado que le falta.
Apenas tres meses después de las declaraciones del máximo responsable de Aspe, una vez rota también la oportunidad de Yves en el Parejas, el lapurtarra, reglamento mediante, ha sido descabalgado de la final del Manomanista. "No de cualquier partido, de la final del campeonato más grande", explicaba el lekuindarra tras la rueda de prensa. De nuevo, se argumentaron razones médicas, sin embargo, la situación económica de Aspe no ha mejorado en tan poco tiempo y "las apuestas y los ingresos han bajado muchísimo" en un "campeonato muy flojo", analizan fuentes cercanas a la promotora eibarresa. Y es que el corretaje, la gasolina súper de la operadora, ha caído hasta límites insospechados. Si en principio se esperaba que la apuesta fuera un acicate inmenso para las arcas de Aspe, esta no ha respondido a las expectativas creadas en cuanto la crisis ha empezado a pegar fuerte. Con esta premisa, tal y como reconocen ciertas voces, el entramado económico de la empresa se ha tenido que agarrar a las recaudaciones de la final para poder hacer frente al pago religioso de sus empleados. Asimismo, esas voces apelan a la falta de liquidez de la promotora de Vidarte como una de las razones por las que, de nuevo, la empresa de Eibar, como empresa que es, ha tenido que postularse a favor de la decisión que tomó la Liga de Empresas y no defender los derechos de su pelotari.
"Las razones de que no se haya aplazado la final son fundamentalmente económicas", desgranan fuentes consultadas por DNA. Y es que, para la promotora eibarresa, que ya afirmó estar en un bache monetario profundo en un Parejas fértil en materia de público y no ha cambiado su panorama, de este modo, con la no inclusión del manista lapurtarra en la final se ahorra los honorarios del lekuindarra por disputar el partido y parte de los gastos que tiene que llevar a cabo por la participación de Yves en la batalla por la txapela. Asimismo, al decidir su no inclusión, según cuentan voces autorizadas, entre las empresas se ha llegado a un acuerdo en el que se repartirá la caja de la final a medias y, por tanto, la promotora de Eibar se embolsaría el montante sin tener que hacer desembolsos en primas ni en el sueldo que percibiría Yves en el partido.
Asimismo, fuentes cercanas a las promotoras confirman las dificultades de la empresa para afrontar sus obligaciones, por lo que la inyección de dinero limpio de polvo y paja aliviará los problemas que puedan tener la operadora guipuzcoana de cara al futuro.
Este precedente, centrado más en lo puramente monetario y de negocio, asimismo, puede revertir no solo en Xala, sino en el resto del plantel de pelotaris de la operadora manista. Primeros espadas como Irujo, Titín, Barriola, Gonzalez, entre otros, con contratos a la altura de su rendimiento y su despliegue se pueden ver afectados por decisiones empresariales como esta, enmascarada en un critero deportivo y legislativo .
Paralelismo con Abel Uno de los casos más chocantes fue la decisión de no aplazar el duelo por petición de Abel Barriola, que cayó víctima de su pierna y no pudo disputar la txapela. Aspe no peleó la decisión en ese momento por criterios económicos. Abel cayó y calló tras la decisión de la LEP.M y Mikel Beroiz tomó las riendas de la final sin haber entrado en juego durante la mayor parte del partido. De nuevo, apelando a criterios deportivos, un lío entre médicos ha desembocado en el ninguneo a Xala, finalista por decreto pelotazale en el torneo.