Vitoria. HASTA los más grandes parecen estar ya cansados de las aventuras de Lewis Hamilton, quien ayer abandonó tras chocar con su compañero de equipo Jenson Button y después de golpear a Webber y de mantener una dura pugna con Schumacher. Niki Lauda, tricampeón del mundo en 1975, 1977 y 1984, rogó a la FIA que sancione con dureza de una vez al inglés por lo que él considera "una conducción peligrosa" reiterada. "Llegará algún día que con sus bromitas alguien morirá", subrayó con vehemencia el austriaco mientras la carrera estaba suspendida y Hamilton calmaba su mal humor con la visita de la cantante Rihanna. "Ha traspasado todos los límites. Por su manera de pilotar debe estar completamente loco. Si la FIA no lo castiga, nadie en el mundo lo entenderá", se explayó Lauda, quien reconoció que "Lewis es alguien con un talento excepcional, pero tienen que pararle ya. Debe haber un límite para ser agresivo, respetando a los demás y aún así ser competitivo".
Hamilton echó la culpa de lo acontecido a Button -quien para colmo luego sacó de la pista a Alonso-: "Jenson cometió un error en la curva anterior y estaba sobre él. Sentí que tenía la mitad del coche, pero él siguió moviéndose, atravesándose. Desconozco si no me ha visto. En un momento yo ya estaba contra la pared". La colisión dañó gravemente la rueda trasera izquierda del vehículo de Lewis, pero desde el muro de McLaren interpretaron que lo que estaba roto era la suspensión, según dijo el propio piloto. Aunque intentó arrastrar su coche por la pista para llegar a los boxes, finalmente recibió las instrucciones de detenerse: "El equipo me comunicó que tenía la suspensión rota, y por eso me detuve, pero cuando salí del coche, no era así", confesó. Desde McLaren optaron por no darle demasiada importancia al asunto: "Creo que ha sido un accidente", afirmó Jonathan Neale. "No somos los primeros en tener un accidente así, y estoy seguro de que no seremos los últimos".
Su nuevo incidente se produjo después de que Hamilton escribiera una carta personal al jefe del organismo que gestiona la Fórmula 1 para eludir una posible sanción que le habría impedido correr otros grandes premios por su arrebato en Mónaco contra comisarios y rivales. Allí, el piloto de McLaren colisionó con el Ferrari de Massa y con el novato de Maldonado, y después se preguntó en broma si los comisarios se fijaban en él porque era "negro". La carrera de Montecarlo supuso elevar a doce sus sanciones en los últimos años.
alonso, apesadumbrado Mientras, Fernando Alonso no tenía otra que lamentar su mala fortuna en la pista canadiense. "La suerte suele ir y venir. Imagino que cuando la tengamos a nuestro favor, ganaremos el Mundial a mitad de año. Hoy (por ayer) todo nos ha salido mal. No es cuestión de sensaciones sino que son hechos contrastables. Nos salió mal el cambio de neumáticos y luego me toqué con Button después de reanudarse la carrera. Habrá medido él mal pero mientras que nosotros no podemos seguir en carrera, todos los demás sí", apuntó, lanzando un dardo hacia el de McLaren. A buen seguro que no le faltaron ganas de trasladar también un mensaje a Ferrari.