parís. Vuelve el clásico de los últimos años. Nadal contra Federer en la gran final de Roland Garros. En la cuneta se quedaron Andy Murray y el que todos apuntan como próximo número uno, Nole Djokovic. Pero el serbio tendrá que esperar su turno. De momento, el mallorquín tendrá la opción de prolongar su estancia en lo más alto del ranking al menos un torneo más.
Rafael Nadal llega a su sexta final del torneo parisino después de destruir la estrategia del británico Andy Murray. Si gana mañana, el mallorquín igualaría los seis títulos del sueco Bjorn Borg.
Nadal se impuso por 6-4, 7-5 y 6-4 al escocés en tres horas y 17 minutos, en el primer enfrentamiento entre ellos en Roland Garros, en un día con mucho viento.
El primer punto del partido que Murray planteó fue una dejada. Quedaba claro desde el principio cuál sería su estrategia. Sacar de la línea de fondo al español y evitar los largos intercambios donde Nadal es el rey. Murray practicó esta alternativa durante todo el partido. Casi siempre en el lado izquierdo del juez de silla, donde el viento le llegaba de frente, frenando su impulso y adormeciendo mucho más la bola. Le salió casi siempre bien pero Murray debía además aumentar la solidez de su juego si quería sacar de su sitio al español, y quebrarle más veces, y ahí se encontró con una auténtica roca pues Nadal acabó salvando 15 oportunidades de 18.
"Golpea de revés, golpea tu p... revés", se le escuchó a Murray desesperado para añadir después: "¿Por qué te da miedo golpear de derecha?" La desesperación del escocés, su frustración, era evidente, la sentía su banquillo donde el venezolano Daniel Vallverdú, amigo y consejero de Andy, pagaba las consecuencias del enfado.
El primer set se resolvió en 62 minutos después de que Nadal se adelantase 5-1, y de que estuviera a dos puntos de adjudicárselo (5-3, 15/30), en una manga en la que el británico ganó las cinco dejadas que intentó. Pero Rafa fue más resolutivo y confirmó su dominio a la tercera oportunidad.
El segundo set fue más extraño, con cinco roturas en total. Murray apenas expresó dolor, a pesar del esguince en el tobillo derecho que sufrió en tercera ronda, y llegó a situarse con ventaja 5-4. Sin embargo, Nadal ganó los cinco juegos siguientes, con una gran solvencia para sentenciar el parcial y dominar el tercero 2-0.
Pese a todo el británico llegó a inquietar con 4-3 y tuvo tres oportunidades para romper el servicio del español, pero Nadal estuvo inabordable en ese sentido y de nuevo sumó otros tres juegos seguidos hasta liquidar la contienda.
El tenis británico tendrá que esperar otra oportunidad. Murray ha completado las cuatro semifinales del Grand Slam, pero su país lleva desde 1936 sin ganar un grande (Fred Perry en Wimbledon), y desde 1935 sin vencer en Roland Garros (Fred Perry).
Ahora, con 43 victorias en su torneo talismán, Nadal está fresco para la final y listo para lograr su décimo torneo del Grand Slam. No lo tendrá fácil ante un Roger Federer que vuelve por sus fueros y será de nuevo su oponente tras eliminar al hasta ayer intratable Novak Djokovic en un durísimo partido resuelto en cuatro sets (7-6, 6-3, 3-6 y 7-6). El suizo ya había sido el último en ganar a Nole antes de que el serbio encadenara la estratosférica cifra de 43 triunfos seguidos que le había permitido, casi, arrebatarle el número uno a Rafa Nadal.
No será así... a no ser que el suizo vuelva a ganar mañana en la gran final. El aspirante más cualificado a dominar el tenis mundial en los próximos meses se topó con el probablemente mejor tenista de la historia. Y ganó el maestro haciendo gala de un gran tenis y una no menos brillante fortaleza mental.
Federer había perdido tres veces este año con Djokovic, pero Roland Garros son palabras mayores. Nadal ha vuelto y Federer también.