Atlanta se presentó en una fiesta a la que no había sido invitado para amargar a la afición del United Center la noche en la que se hizo pública la designación de Derrick Rose como mejor jugador de la temporada en la NBA. Los Hawks, de nuevo contra pronóstico, se aprovecharon de un discreto encuentro del heredero, sacaron a relucir sus virtudes -básicamente una intensa defensa y mucha producción ofensiva al contragolpe- y se apropiaron de una victoria (95-103) que pone patas arriba la recién estrenada semifinal de conferencia.

Bien guiado por su estrella, Joe Johnson, el conjunto de Georgia sorprendió a los Bulls con una puesta en escena descomunal. Un parcial de 0-9, con una gran defensa del revalorizado Jeff Teague sobre Rose, esbozó las líneas maestras de un encuentro en el que Chicago sólo pudo hacerse con el mando en el marcador en el tercer periodo. La resurrección del equipo de Illinois coincidió con la aparición del hombre sobre el que se posaban todos los focos. Rose apareció y, por un momento, puso las cosas en su sitio, pero la de anteayer no era su noche.

Para cuando el jugador franquicia de los Bulls anotó sus dos primeros puntos, en el minuto 18 del partido, la ESPN ya había filtrado la identidad del tipo que le arrebataba a Kevin Durant el galardón de mejor jugador de la liga. Desde luego, Rose no demostró en el duelo inaugural de la eliminatoria ante los Hawks las virtudes que lo han guiado a convertirse en el MVP más joven de la historia. Perdió un sinfín de pases, tomó demasiadas decisiones erróneas en campo rival y erró muchos más tiros de lo que acostumbra. Al final, aunque cerró el envite como el máximo anotador de su equipo (24 puntos y 10 asistencias), el 11 de 27 en tiros de campo lo condenó a perder el duelo individual de estrellas con Joe Johnson, que rozó con 34 puntos su tope en un encuentro de play off.

Johnson, criticado durante toda la temporada, acusado de estar pasado de peso, se convirtió en una pesadilla para Rose y los aficionados de Chicago, de nuevo creyentes, una década después emocionados con su equipo. De su diabólica muñeca salieron los lanzamientos que desatascaron a Atlanta en los momentos delicados, en los ataques posicionales, cuando Chicago les impedía correr. El impredecible Jamal Crawford (22 puntos) se sumó a la fiesta y Atlanta, sin practicar un juego demasiado académica, mató un partido que puede costarle muy caro a Chicago.

También besaron la lona Los Lakers en su primer duelo de semifinales de conferencia ante los Mavericks (94-96). Los campeones volvieron a exhibir su versión más gris, con un Kobe Bryant anotador pero poco solidario y mal acompañado, y acabaron pagándolo pese a que la mamba negra dispuso de un lanzamiento triple para conceder la victoria a su equipo.

La principal estrella de los Lakers acabó el partido con 36 puntos, pero también sin ofrecer una sola asistencia a sus compañeros. El cuadro angelino sufrió una pájara monumental en la segunda mitad y desperdició la renta de 16 puntos (60-44) que llevaba al descanso.