Fue en el far west, el lejano y salvaje oeste, donde se forjaron hace poco más de un siglo las leyendas de algunos de los tipos que más metraje han aportado a la historia del cine. Pistoleros despiadados, solitarios, ariscos, se convirtieron en protagonistas de cientos de películas, en las que el escenario, hostil, casi virgen, se prestaba a la ley del más fuerte. En la NBA hace tiempo que la Conferencia Oeste vivía sometida a los designios de unos Lakers que este año parece claro que van a tener que sudar sangre para presentarse en sus cuartas finales consecutivas. A las primeras de cambio, un pequeño forajido, un Billy The Kid en versión reducida, se encargó de recordarle al equipo de Phil Jackson que los play off no tienen nada que ver con la fase regular.
Chris Paul asaltó el Staples Center con un espectacular repertorio de canastas y pases geniales que provocó que la franquicia angelina estrenara las eliminatorias por el título con una derrota en su propio feudo (100-109). El menudo director de juego de los Hornets firmó un partido redondo, uno de los mejores de su carrera en play off, y con 33 puntos, 14 asistencias y 7 rebotes se bastó para aniquilar a unos Lakers que se presentaron a la cita con la bochornosa versión que han exhibido en el tramo final del torneo.
De nada sirvieron los 34 puntos de un Kobe Bryant abandonado a su suerte por sus compañeros. Su principal escudero, Pau Gasol, firmó una de sus peores actuaciones en las series finales -apenas ocho puntos, con 2 de 9 en tiros de campo- y sufrió el enorme despliegue físico de los ramplones pívots de Nueva Orleáns. Sin más socios en ataque que el lunático Ron Artest, el sheriff Bryant acabó desesperado y los Lakers, que encaraban una serie a priori sencilla, convencidos de que antes de pensar en los trasatlánticos del Este deberán resolver sus problemas domésticos.
No fueron los angelinos los únicos que sufrieron un duro revés en el caótico far west. Ni siquiera el que ha sido el mejor equipo de la Conferencia Oeste a lo largo de la temporada se libró del susto de caer en el duelo inaugural. Los Grizzlies, un plantel coral, con muchas amenazas, de protagonismo repartido, se hicieron con el triunfo (98-101) en su visita a San Antonio. Bien es cierto que el equipo de Gregg Popovich echó mucho en falta al argentino Manu Ginobili, pero no lo es menos que el combinado de Memphis, sustentado por Randolph (25 puntos) y Marc Gasol (24 puntos y 9 rebotes), va a plantear más problemas de los previstos.
En las otras dos series que se estrenaron la madrugada de ayer no hubo sorpresas, pero casi. Los Thunder, con dos enormes Durant (41 puntos) y Westbrook (31), se deshicieron de unos correosos Nuggets (107-103) en Oklahoma City, mientras que los Celtcis se las vieron crudas para vencer (87-85) a los Knicks gracias a un triple in extremis de Ray Allen y una polémica decisión arbitral.