vitoria. En un deporte tan sujeto a la tiranía del presente como el fútbol, el hecho de que un goleador como David Villa se quedara un par de semanas sin marcar basta como excusa para que algunos medios de comunicación diseñaran teorías sobre una crisis de identidad. Nada más lejos de la realidad. El delantero asturiano del Fútbol Club Barcelona se encargó de destrozar cualquier crítica a su manera, con dos goles que solventaron un encuentro muy complicado, que podría haber dificultado el camino de España hacia la próxima Eurocopa, y que además le permitieron entrar de una vez por todas en la historia del combinado nacional.

Villa se convirtió la noche del viernes en Granada en el jugador que más goles ha conseguido vistiendo la elástica de La Roja. Con las dos dianas que sirvieron para poner fin a cinco partidos consecutivos sin marcar con el Barça en la Liga, el atacante asturiano superó la marca de 44 que mantenía a Raúl como el mejor artillero de la historia del equipo español. Ahora Villa, que en diciembre cumplió 30 años, suma ya 46 y comanda una nómina de leyendas en la que, al margen de Raúl, figuran Fernando Hierro (29 goles con la selección), Morientes (27 tantos), Butragueño (26), Fernando Torres (26), Julio Salinas (23) o Alfredo di Stéfano (23).

El Guaje, descendiente de mineros, enfermo del gol, ha dejado ya a todos atrás. Nadie ha marcado más goles con España. Y pocos han firmado un coefeciente tan espectacular como el el suyo, desde que debutó con el equipo nacional en febrero de 2005 frente a San Marino. En poco más de seis años y con 72 partidos a sus espaladas, Villa ha dinamitado el récord de Raúl, que anotó 44 pero para ello tuvo que superar los cien partidos.

En cualquier caso, el mérito de Villa trasciende lo meramente cuantitativo. La relevancia de sus goles en torneos relevantes es sin duda lo que ha hecho de este menudo jugador nacido en el pueblo de Tuilla probablemente el mejor delantero, por su influencia en los títulos obtenidos en esta última etapa, en un siglo de selección. En su primer campeonato de relumbrón, el Mundial de Alemania, logró tres goles, dos de ellos en la cita inaugural ante Ucrania. Fue sólo un avance de lo que vendría. La ya mítica Eurocopa 2008 supuso su consagración a nivel internacional. La cerró como máximo goleador con cuatro dianas, una menos de las que firmó en Sudáfrica el pasado verano, donde logró la bota de plata como segundo máximo realizador y el balón de bronce como tercer mejor futbolista del torneo.

Son sólo datos que reflejan el carácter insaciable de un tipo que desde que salta al césped sólo tiene ojos para la portería. Con 155 goles en 267 partidos de Liga, Villa tiene aún mucha carrera por delante. Y en su caso, tiempo se traduce en goles. Centrado ahora en ayudar al Barça a conquistar un nuevo triplete y en consumar cuanto antes la clasificación de La Roja, el asturiano quiere aspirar a ser el máximo goleador en la historia de la Liga. Actualmente es decimoquinto, aunque le falta un gol para superar a Puskas y escalar un puesto.