madrid. Los veinte clubes de la Primera División han comenzado una guerra de consecuencias todavía inciertas. Aunque la asamblea de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) decidió el martes convocar una huelga para la próxima jornada por culpa, entre otras cosas, de los derechos televisivos y de las quinielas, seis equipos mostraron ayer su rechazo frontal al parón impuesto por la LFP y aseguraron que están dispuestos a jugar sus partidos el fin de semana del 2 y 3 de abril. En principio, Sevilla, Villarreal, Athletic de Bilbao, Real Sociedad, Espanyol y Zaragoza son los clubes que solicitaron al juez la suspensión cautelar de la decisión de ir a la huelga.
"No apoyaremos nunca una medida, ni de minorías ni de mayorías, que pretenda conseguir más dinero para que los beneficiados sigan siendo, como siempre, Madrid y Barcelona y las distancias económicas con el resto sean cada vez más grandes", indicó ayer José María del Nido, presidente del Sevilla. "Con esta solución, la penúltima jornada de Liga sería la del 22 de mayo y la última jornada se trasladaría al 12 de junio. Eso supondría tener que esperar 21 días para acabar el campeonato", explicó por su parte Fernando Roig, máximo mandatario del Villarreal, que aseguró que "la huelga no es el camino". "No es bueno dado el momento que se está viviendo en este país; no es positivo entrar en una situación de paro patronal", incidió tras recordar que si al final se hace la huelga "la recta final de Liga será un auténtico desastre, ya que coincidirá con la final de la Liga de Campeones, después con las selecciones y con los jugadores fuera de sus equipos". Los jugadores de la selección española, concentrados en Las Rozas, también mostraron su deseo de que no se produzca un parón. "Esperemos que no haya huelga y que se pueda solucionar, que todo siga su curso normal. Al fin y al cabo queremos jugar al fútbol, aunque cada uno mira por su interés, tiene su verdad y forma de ver las cosas", dijo Andrés Iniesta.
"Si la LFP nos permite competir lo haremos, nosotros tenemos un partido dentro de diez días contra el Zaragoza, que no sabemos si será el sábado o el domingo. Ambos queremos jugarlo y vamos a pedir horario y árbitro. Si nos lo mandan, vamos a jugar", advirtió ayer Del Nido. "Hemos estado sentados con la Liga y hemos tenido en cuenta muchas cosas. Los principales perjudicados son los ciudadanos y los futbolistas, ya que se alargará la competición alrededor de 20 días. Espero que impere el sentido común", solicitó el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky sobre un tema cuya resolución es aún imposible de predecir.