Duración: 65 minutos de juego.
Saques: 2 de Olaizola II.
Tantos en juego: 6 de Titín III, 1 de Beroiz, 11 Olaizola y 2 de Begino.
Errores: 4 de Titín III, 2 de Beroiz, 2 Olaizola y 2 de Begino.
Marcador: 1-0, 5-1, 6-2, 6-3, 7-5, 8-6, 9-10, 9-11, 10-14, 10-15, 11-15, 11-16.
Incidencias: Buena entrada en el Labrit iruindarra.
bilbao. El Beotibar de Tolosa, a las espaldas. Una losa pesada sobre los hombros. Las cuentas, claras. El partido de ayer era de doble filo. Aimar Olaizola y Aritz Begino, cuatro derrotas en los momentos clave del Parejas, se enfrentaban a Titín III y Mikel Beroiz, que sustituía a Iñigo Pascual, lesionado. El triunfo era esencial para ambos binomios, era el billete hacia la siguiente ronda. A las semifinales. Día clave. El goizuetarra amanecía en el Labrit con la conciencia de haber desperdiciado las ocasiones, el navarro había convertido el golpeo a los cuartos traseros en su bastión frente a Zabaleta, novato en estas lides, y había visto cómo Yves Xala le había arrebatado cualquier atisbo de ilusión a base de enredos en los cuadros alegres. Similar pensamiento brotó de Titín, muerto siempre con las botas puestas, fiel a su estilo, enmarcado en el remate siempre, en el sacrificio, en el espectáculo, en la cuerda floja y en la ciencia del ataque, que buscó cerca del frontis un asiento en las semifinales.
Cojeó Aimar en Tolosa el lunes, pero no lo volvería a hacer. Si bien en el Beotibar no pudo demostrar su clase, ayer, en Iruñea, dejó patente su domino sobre los tiempos del juego. Contemporizó sin ponerse nervioso desde el inicio, después apuró en el remate y, más tarde, acabó con sus rivales en el declive de estos. Y es que tanto Titín como Beroiz se diluyeron mediado el encuentro. No en vano, el zaguero de Huarte había sufrido durante todo la contienda una batalla en los cuadros largos. Su movimiento, su golpe, su espíritu, fueron mermando a medida de que los azules se pusieron a castigar su flanco izquierdo. No fue fallo suyo, sino acierto rival, dado que Begino, de nuevo con la intención de dar guerra, sereno y paciente, desbrozó sus virtudes con un látigo descomunal, que metió dos rebotes impecables.
Y Titín no cejó. Empezó imperial, mandando, disfrutando. Colocó su defensa sobre la mesa y aprovechó de su remate para colocar las primeras diferencias en el luminoso. Beroiz le ayudaba, pero Aimar y Aritz eran gigantes dormidos, animales heridos. Una tacada de cinco iluminó a los colorados. Fin de partido. Después solamente pudieron aguantar y aguantar, custodiando su renta, que fue muriendo poco a poco a manos de Olaizola y Begino. Augusto buscaba el aire, pero encontraba un muro; Mikel percutía atrás, pero Begino aguantaba. Y fue este dominio, tan brutal, el que empezó a diluir a la pareja rival. Primero empezaron su camino con el joven zaguero, que hizo un partido excepcional en defensa, después continuaron por el riojano.
El de Autza mandó en la zaga a la perfección para devolver a Aimar la confianza en sí mismo. Además, el declive rival favoreció el despegue de los azules, que ya ponen rumbo a las semifinales tras superar un campeonato que, al principio, parecía un paseo, pero que se fue complicando a medida de que el torneo se iba alargando. Asimismo, la casualidad se alió ayer con Olaizola II y Aritz que acabaron su etapa de pasión en el Parejas ante sus primeros verdugos en el curso y han vuelto a la senda de la victoria, olvidando cuatro semanas consecutivas de penurias: "Tenía problemas en las manos y también falta de confianza", esgrimió el de Goizueta al acabar el choque. Pero ayer llegó la victoria, una de esas cosas que ayudan a olvidar.