VITORIa. El estadio de Mestalla es el gran favorito para acoger la final de la Copa del Rey del próximo 20 de abril entre el Barcelona y el Real Madrid. Todo apunta a que el feudo del Valencia volverá a acoger el último duelo del torneo del KO, tal y como ocurriera hace dos años cuando se disputaron el título el Barça y el Athletic.
A falta del acuerdo final entre los dos equipos implicados y el beneplácito de la propia Federación Española, todos los indicios señalan al feudo del conjunto ché como el candidato ideal para albergar el que sería al menos el tercer clásico del año, salvo que antes se hayan cruzado ya de nuevo en los cuartos de final de la Champions League.
Mestalla parte con una clara ventaja sobre otros candidatos como el estadio sevillano de La Cartuja, que ya ha solicitado acoger la final, o incluso el Santiago Bernabéu o el propio Camp Nou, campos de los dos protagonistas de la final.
Y eso que en el feudo del conjunto levantino los finalistas dispondrían de un menor número de entradas para sus aficionados, que de disputarse el duelo en Madrid o la Ciudad Condal. El reparto se hace a partes iguales entre los dos finalistas y la Federación, por lo que en Mestalla, con un aforo de 55.000 localidades, cada club dispondría de unas 18.000, en el Bernabéu (80.000 asientos) ascendería la cifra a 27.000 y en el Cam Nou con capacidad para 98.000 personas, cada finalista percibiría 33.000 entradas.
Sin embargo, el campo del Valencia es la opción más probable por la equidistancia entre las dos ciudades de los finalistas y por el hecho de celebrarse la final en día laborable. Y es que en el caso de que la final se hubiera disputado en sábado, ahí sí que la Cartuja ganaría opciones, ya que las dos aficiones podrían desplazarse con más facilidad. Sin embargo, ese no es el caso al jugarse la final entre semana, precisamente el miércoles santo, un día de mucho ajetreo en la propia ciudad sevillana, lo que prácticamente la descarta para acoger la final.
EL "CENTENARIAZO" El Bernabéu tampoco parece probable. Y eso que al conjunto culé no le importaría jugarse el título en la guarida de su enemigo. Aquí el problema reside en que es el propio conjunto blanco el que descarta jugar en su feudo, habida cuenta de los malos precedentes de finales en su estadio.
En la casa blanca todavía sobrevuela el recuerdo del centenariazo, cuando el Real Madrid perdió la final de Copa de 2002 ante el Dépor y donde ha perdido seis de las ocho finales coperas que ha disputado. Además, el conjunto blanco tampoco desea ir a jugar a Barcelona, por lo que si se van descartando opciones, tan sólo quedaría Mestalla.