BARCELONA. La investigación parte de una denuncia, presentada hace unos días por un socio del club, dirigida a Laporta pero también a otros dos ex miembros de la directiva: el ex vicepresidente económico Ferran Soriano y el ex director general corporativo, Joan Oliver, según publica este viernes 'El Periódico'.

La denuncia se basa en algunos aspectos que recoge la 'due diligence' encargada por la actual directiva del club, encabezada por el presidente Sandro Rosell, en la que se reflejaban presuntas irregularidades económicas y financieras.

Así, la Fiscalía investiga si se cometió un delito de apropiación indebida y un delito societario, para lo que tiene un plazo de seis meses prorrogables, tras lo que deberá decidir si finalmente presenta una denuncia o querella en el juzgado.

La condición de aforado de Joan Laporta, que es diputado, hace que, si se desprenden indicios de delito en su actuación, el caso tenga que ser traspasado a la Fiscalía Superior de Justicia de Cataluña y si hay querella iría al Tribunal Superior.

CONTENIDO DE LA 'DUE DILIGENCE'

Según la 'due diligence', cuyo contenido ha trascendido parcialmente, los gastos no corrientes de la anterior junta ascienden a 90,7 millones de euros y dejan al club con unas pérdidas totales de 79,6 millones de euros en el pasado ejercicio económico --lejos de los 11,1 de beneficio de las cuentas de Laporta--.

Según dicha auditoría, la anterior dirección del club adquirió unos terrenos en Viladecans por más de 18 millones de euros y que ahora sólo se pueden vender por 5,5, fichó a Keirrison y Henrique, que no jugaron nunca con el Barça y costaron 24,3 millones de euros (15,5 el primero, 8,8 el segundo), e invirtió cinco millones en La Masía argentina.

Asimismo, gastó 2,6 millones de euros en seguridad interna y externa y detectives privados, así como en cuatros auditorías de seguridad encargadas por Joan Oliver sobre cuatro ex vicepresidentes.

En total, en la pasada temporada, el club pagó con tarjeta Visa un total de 318.000 euros, procedentes de la tarjeta del escolta de Laporta, con 56.000 euros en restaurantes y locales nocturnos en sus vacaciones, o los gastos de un vicepresidente que se dejó 26.000 euros en hoteles de Dubai y Qatar.