Barça, Madrid... y el vacío
RANGERS o Celtic. Ibrox Stadium o Celtic Park. The Gers o The Hoops. Católicos o protestantes. Desde hace 25 años, el fútbol escocés vive capitalizado por este binomio irreconciliable, sin lugar a que ningún artista invitado haga acto de presencia en la cúspide de la pirámide. Ninguno de sus rivales ha levantado un trofeo liguero desde 1985, cuando el Aberdeen, con Alex Ferguson como inquilino de su banquillo, irrumpió con inusitada fuerza en el panorama continental. Desde entonces, ambas escuadras se han repartido todos los títulos y sus derrotas en encuentros ajenos a sus enfrentamientos directos tienen rango de noticia por ser poco habituales.
De hecho, en los últimos quince años sólo el Heart of Midlothian, en 2006, ha sido capaz de asomarse a las dos primeras plazas de la Liga. Así las cosas, no es de extrañar que el caso escocés sea utilizado como ejemplo cuando se habla de una competición totalmente dominada por dos equipos que ponen rápidamente pies en polvorosa en la clasificación sin que ninguno de sus rivales sea capaz de seguir su ritmo, exactamente la peligrosa tendencia que se ha registrado en la Liga BBVA durante las últimas temporadas, en las que Barcelona y Real Madrid se han ubicado a años luz de todos sus rivales. De hecho, en la primera vuelta que concluyó el pasado fin de semana se ha registrado la mayor diferencia entre un primer clasificado (Barcelona) y un tercero (Villarreal): 13 puntos. Más de cuatro partidos. Un mundo, en definitiva.
Queda claro que la competición estatal se ha convertido en una lucha de dos. Los brutales presupuestos que manejan ambos contendientes -y no paran de crecer con el paso de los ejercicios- mientras muchos de sus rivales bastante tienen con cuadrar sus cifras, su posición dominante y abusiva en el reparto del pastel televisivo y en el mercado de jugadores, la presencia en sus filas de los dos jugadores que mayores diferencias marcan en el fútbol actual como son Leo Messi y Cristiano Ronaldo...
Las razones que explican esta nueva realidad son variadas, pero lo cierto es que lejos quedan ya aquellos años en los que la Liga estatal era una competición en la que la igualdad era la nota predominante en lo que a la búsqueda de los títulos se refiere. Por ejemplo, en la temporada 2006-07 tres equipos (Barcelona, Sevilla y Real Madrid) empataban a 38 puntos al término de la primera vuelta, con el Atlético de Madrid a solo dos puntos. Un curso después, los blancos aventajaban en diez puntos al tercero (Atlético) y a partir de ahí han sido los azulgranas los que han llegado al ecuador de la competición con 12, 10 y 13 puntos respectivamente con respecto al tercero en discordia.
Un líder de récord Y es que seguir el ritmo del Barcelona no sólo es complicado para el pueblo llano, sino que otro gigante de la talla del Real Madrid también boquea sin aliento y palidece al lado de sus números. Los 52 puntos con los que han llegado los de Pep Guardiola al ecuador de la Liga suponen una nueva plusmarca histórica, así como los 61 goles que figuran en su casillero (ambos récords estaban en posesión del propio Barcelona, con 50 puntos y 59 goles hace dos cursos, el del debut del de Santpedor en el banquillo). También pasará a la historia el pleno de triunfos a domicilio, así como la mayor diferencia de goles, un increíble +50.
Messi bate por alto a Diego López en el Barcelona-Villarreal del presente curso.
En la 2006-07, Barça, Sevilla y Madrid llevaban 38 puntos en el ecuador de la Liga
Los 52 puntos y 61 goles que acumulan los de Guardiola establecen dos nuevas plusmarcas