kristianstad. La selección española de balonmano tratará de hacer olvidar esta tarde (17.30 horas, Teledeporte) la gris imagen que ofreció en el debut mundialista ante Bahrein con un triunfo sobre Túnez, que dejaría prácticamente encarrilada la clasificación del conjunto español para la segunda fase. Para ello, España deberá recuperar la intensidad defensiva que exhibió durante la fase de preparación y que desapareció por completo ante el conjunto asiático, como atestiguan los veintidós tantos logrados por Bahrein, una cifra inimaginable antes del choque, dada la diferencia entre ambos conjuntos.

Distancia que se antoja mucho más corta en el caso de Túnez, un aguerrido equipo, que cuenta en sus filas con un buen puñado de jugadores que se ganan la vida en algunos de los mejores equipos del campeonato francés. Un grupo en el que no figurarán esta vez los laterales Aymen Hammed, que milita en las filas del Montpellier, y su compañero de equipo, el cañonero Wissam Hmam, la gran estrella del conjunto norteafricano, que se perderán el campeonato por lesión.

Bajas que lastran enormemente el juego del campeón africano, tal y como quedó demostrado el viernes en la derrota (32-19) sufrida ante Francia, ya que como explicó el pivote español Ruben Garabaya, sus sustitutos Selim Hedoui y Bassem Mrabet, son "mucho más previsibles" y por tanto más fáciles de controlar.